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Armas contra el melanoma por José Antonio VERA

Armas contra el melanoma, por José Antonio VERA
Armas contra el melanoma, por José Antonio VERAlarazon

Se llama tanorexia a la adicción al sol, y afecta en España a miles de personas que necesitan de la exposición intensiva a la luz solar para vivir. No es extraño porque todos tenemos esa dependencia del sol. Sin él no producimos correctamente la vitamina D y ello nos lleva a una incorrecta asimilación del calcio. Luego el sol es imprescindible para la vida. Afecta al estado anímico porque cuando tomamos el sol liberamos endorfinas, sustancias que hacen que nos sintamos bien y no caigamos en la depresión. De ahí la adicción tanoréxica de numerosas personas a los baños de sol. El problema es que la radiación solar excesiva es perjudicial para nuestra piel y causa el peligroso melanoma, un tumor que si bien detectado a tiempo es controlable, se torna agresivo en fase avanzada.
Hasta hoy, la única terapia farmacológica contra el melanoma venía siendo la dacarbacina, tratamiento de quimioterapia desarrollado en 1978 que no ofrecía resultados buenos, por sus numerosos efectos secundarios. Este año, sin embargo, hemos tenido noticias positivas al respecto, por el descubrimiento de dos fármacos que responden bien al tratamiento, y una pomada novedosa útil en numerosos casos.


Empezando por esta última, se trata de la aplicación sobre la herida de una sustancia llamada ácido aminolevulínico, que cuando contacta con una fuente de luz produce una reacción positiva, eliminando las células tumorales. Al parecer suprime las lesiones sin dejar cicatrices, aunque solo es eficaz en lesiones superficiales. En casos avanzados se emplean medicamentos nuevos como el vemurafenib, que reduce la mortalidad a una tercera parte sobre un periodo de seis meses en pacientes con metástasis y portadores de la denominada mutación BRAF V600E. Tiene de momento el problema de que sus efectos secundarios son notables, amén de que pierde eficacia meses después de comenzado el tratamiento porque las células cancerosas aprenden a resistir, algo en lo que ya se está trabajando con resultados prometedores.


El otro es el ipilimumab, fármaco recientemente aprobado por FDA. Un estudio en fase III ha demostrado que, en combinación con dacarbacina, mejora la supervivencia de los pacientes con melanoma metastásico. Tras tres años de seguimiento, un 20,8 por ciento de los enfermos en tratamiento con esta terapia permanecían con vida, mientras que solo lo hacía el 12,2 por ciento de quienes habían recibido dacarbacina. Ipilimumab no ataca a las células cancerosas, sino que activa el sistema inmunitario para que sea él quien luche contra el tumor. Actúa de modo similar al vemurafenib, y aunque no son tratamientos definitivos, sí que permiten ser optimistas.
Aunque la mejor manera de combatir al melanoma es la prevención. Por mucho que nos guste el sol y que genere adicción, debemos evitar la exposición entre las 11 y las 5 de la tarde, ahora en verano, y en general las exposiciones intensivas, que producen quemaduras. Ahí es donde empieza el peligro de este enemigo de nuestra piel y de nuestra salud.