Génova
Empieza el relevo
Zapatero se despide orgulloso y honrado de que los españoles le eligieran y asegura que el Gobierno seguirá «en plenitud» hasta el 20-N / Rajoy supedita a la evolución económica su decisión sobre los PGE y los recortes en pensiones o a funcionarios que deja el PSOE > OPINIÓN: Para olvidar, por José Antonio VERA / Se va el caimán, por Ely DEL VALLE La varita de Rajoy, por Iñaki EZKERRA> Se acaba con 141 leyes aprobadas... ...y 26 textos en el tintero> Dos meses de «impasse» con los mercados al acecho de España> El sueldo de dos meses y derecho a paro de 2.800 euros
Zapatero: «Saldremos de la crisis más pronto que tarde»
Inmaculada G. de Molina
El presidente del Gobierno expresó ayer su «confianza absoluta» en los españoles, que al igual que han sido capaces de «construir un gran país», podrán salir de la crisis «más pronto que tarde». «Todos somos necesarios, todos tenemos un papel que jugar en nuestra historia como pueblo», vindicó. Con esta declaración de principios, dio ayer el pistoletazo de salida a las elecciones generales del próximo 20 de noviembre, tras presidir el Consejo de Ministros extraordinario que informó del real decreto ley de disolución de las Cortes Generales y de que Su Majestad el Rey lo rubricara. El decreto, que se publica hoy en el BOE, fija el inicio de la campaña electoral a las cero horas del 4 de noviembre y su conclusión a las cero horas del 18 de ese mes. Además, establece para el 13 de diciembre la formación de las Cámaras Alta y Baja. Tras su encuentro con Don Juan Carlos, eligió la Sala de Tapices de La Moncloa como escenario para anunciar la convocatoria oficial de los comicios con una breve declaración institucional.
«Hoy no es día de balance. Tiempo habrá en otro evento y no en la convocatoria constitucional de los comicios». De esta manera, quiso otorgar todo el protagonismo a los candidatos a las generales y a sus fuerzas políticas. Eso sí, dijo esperar que el debate que se inicia ahora con la precampaña sirva para «renovar ese compromiso colectivo con España». «Se abre el tiempo político de los candidatos y de las fuerzas para que formulen y contrasten sus propuestas y para que los ciudadanos puedan elegir libre, serena y conscientemente». No obstante, eso no significará que el Gobierno haga dejación de sus funciones. «Seguirá en plenitud» hasta el 20-N. A partir de esa fecha y hasta la llegada del nuevo Ejecutivo, el Gabinete de Zapatero permanecerá en funciones.
Aunque no era el día de realizar balances, el jefe del Ejecutivo aprovechó la ocasión para despedirse con una larga lista de agradecimientos. Primero, a los españoles por la confianza depositada en su persona. «No soy capaz de imaginar un honor mayor». Segundo, a sus ministros de estos ochos años de mandato, a los altos cargos y a sus colaboradores más cercanos. En último lugar, agradeció a las dos Cámaras, la Alta y la Baja, su «intenso trabajo» efectuado en las últimas semanas, que ha permitido al Ejecutivo sacar adelante 12 leyes y seis reales decretos desde el 29 de julio, fecha en la que se anunció el adelanto electoral. Llegado a este punto, hizo especial hincapié en la reforma de la Constitución «de indudable calado para la credibilidad y el futuro» de España aprobada hace unos días y que supone, a su juicio, la culminación de las reformas económicas. Precisamente, Don Juan Carlos refrendará hoy la reforma de la Carta Magna en un «acto solemne» en la Zarzuela.
El presidente sólo admitió ayer tres preguntas durante su escueta declaración institucional y eludió cualquier afirmación a su persona. Sin embargo, aclaró que su intención es poner fin a la «actividad política de primera línea», aunque dijo que ayudará al PSOE «en todo lo que sea menester» en esta campaña. Eso sí, se mostró orgulloso de la aportación de este Gobierno al fin de ETA. En ese sentido, consideró el comunicado de los presos etarras «un paso significativo hacia el final de la violencia. Sin duda, estamos acercándonos a ese momento». Tras compartir el mérito con el resto de gobiernos, apeló a la responsabilidad para «hacer las cosas bien desde la unidad política».
Rajoy: «No hay varitas mágicas, pero hay salida»
Carmen Morodo
El PP sigue templando las expectativas y sembrando realismo para allanar el escenario que tendrán que gestionar el 21-N si se cumple la previsión de que ganen las elecciones generales. Mariano Rajoy alzó ayer el telón de una campaña que si en algo se distinguirá de todas las anteriores es en la falta de margen para los golpes de efecto populistas. Su equipo lo explica con bastante claridad: «La batalla está en decir sin asustar». O dicho de otra manera, en preparar al votante que quiere el cambio para que su expectactivas no acaben en frustración en los primeros meses de gobierno.
Para ello, el PP se ha abrazado al lema de que la recuperación llevará su tiempo, aunque es posible –subraya su candidato– con la política de reformas que impulsarán desde La Moncloa.
En una declaración leída en Génova, Rajoy precisó que «el reto es superar el pasado; el reto no es fácil y nadie tiene varitas mágicas que resuelvan las cosas en un breve periodo de tiempo». «Pero del mismo modo que les digo esto, porque soy muy consciente de la situación en la que estamos, quiero decirles también que estoy convencido de que vamos a superar esta situación», añadió.
El candidato popular despidió la legislatura con un elaborado mensaje en el que hiló los grandes principios que inspirarán su acción política: el proyecto para todos, el esfuerzo colectivo, un Gobierno desde la «verdad»... Y en el que también incluyó sonoras declaraciones de intenciones como la de que no prometerá nada que no pueda cumplir ni tampoco entrará en «disputas estériles que hoy no sirven para nada».
Pero desde ese vuelo alto tuvo que bajar los pies al suelo cuando se le preguntó qué hará con los Presupuestos Generales del Estado que recibirá en herencia y de los que cuelgan recortes, aprobados por el Gobierno socialista, como la congelación de las pensiones o la rebaja del sueldo a los funcionarios. ¿Mantendrá la prórroga o hará otros nuevos Presupuestos? Y la respuesta fue que todo dependerá de cuál sea la situación económica a final de año, por lo que no anticipará medidas hasta saber qué se encontrará en el Gobierno.
Desde su equipo económico se apuntalaba por la tarde esta justificación con la explicación «de que España está al borde del precipicio y las decisiones, por tanto, dependerán de lo qué ocurra con el déficit o de lo que nos llegue de Bruselas». De momento, los Presupuestos están «prorrogados de hecho», aunque no haya un decreto ley de prórroga, lo que Rajoy reprochó al Ejecutivo socialista por el «perjuicio» que esa «falta de claridad» causa a las comunidades y ayuntamientos a la hora de elaborar sus propias cuentas.
Del programa electoral del PP cabe cada día esperar menos sorpresas, y ayer Rajoy dio un motivo más para inclinarse por esta tesis al confirmar que su base serán las iniciativas parlamentarias que han llevado a las Cortes en esta Legislatura... Previsible, de lo que le gusta hacer gala al líder del PP, y así, además, evita pisar charcos innecesarios antes del día de las elecciones. Al candidato se le preguntó también por Bildu, y se limitó a aclarar que estarán pendientes para ver si incurren en comportamientos que permitan actuar contra ellos con la ley en la mano. Del comunicado de los presos dijo que es más de lo mismo.
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