Génova

El PP cree que mantiene su mayoría

Rajoy llega a Génova después del debate con Rubalcaba
Rajoy llega a Génova después del debate con Rubalcabalarazon

MADRID- El PP se acostó convencido de que el resultado del «cara a cara» no altera la mayoría que hasta anoche les anticipaban las encuestas. El vuelco ya estaba descartado de antemano, pero en cuanto a los indecisos, el análisis popular es que la confrontación entre la imagen que dio su candidato y la de Rubalcaba no será determinante para que los abstencionistas se decanten por las siglas del PSOE. Y al final, ése era el principal objetivo, confesado, de la estrategia popular. Aun oficiosamente y con los pies en el suelo, la dirección barrió para casa, ahora bien, sin pregonar goleadas ni una victoria por K.O. Para ellos lo más importante es que Rajoy no cometió errores que pudieran servirle a Rubalcaba de anzuelo para movilizar a la izquierda. El candidato contó con el apoyo de dos retenes, uno en el Congreso, capitaneado por Soraya Sáenz de Santamaría, y que controló fichas y contenidos del mensaje. El otro, en Génova, más volcado en la redes sociales y en la ofensiva de la difusión del argumentario oficial, en coordinación con el equipo parlamentario.
En paralelo al análisis privado, más prudente, el balance público de la dirección del PP consistió en presentar a Rajoy todavía más cerca de la Presidencia del Gobierno. De hecho, en Génova le recibieron como si estuvieran jaleando ya al nuevo jefe del Ejecutivo. «Oa, oa, oa, Mariano a La Moncloa», cantaban los «cachorros» del partido. El debate era la única piedra que el PP creía que tenía que saltar en su carrera final hacia La Moncloa. Su conclusión es que Rajoy la ha saltado y que ahora tiene que aprovechar lo que queda de campaña para acentuar sus guiños a los indecisos.

 

Reunión de jóvenes con Coca-Cola y sándwiches
Una pantalla gigante cubría toda la pared de la sala habilitada para seguir el debate en la sede de Génova. Los más de doscientos jóvenes ocupaban las sillas, pero no se cabía. Otros cogían sitio en el suelo. De cena: Coca- Colas y sándwiches. La propia presidenta de los jóvenes del PP se encargó de recogerlos dos horas antes. Entusiasmados con el cambio, ovacionaban a Rajoy cada vez que salía en pantalla. Aseguraban que ganaba ya por goleada.