El nuevo rey del Monopoly

La frenética actividad inmobiliaria de Amancio Ortega ha convertido Pontegadea, la compañía en la que el fundador de Inditex agrupa sus propiedades, en una de las pocas empresas del sector capaz de generar beneficios mientras el resto se debate entre la vida y la muerte.
La primera fortuna de España, la segunda de Europa y la novena del mundo, con 31.000 millones de dólares en su poder, según el ránking 2011, que elabora la revista «Forbes», ha reforzado su patrimonio inmobiliario desde 2002 con propiedades en las principales calles comerciales y financieras de Madrid, Barcelona, Londres, París, Berlín, Roma y Lisboa con un valor aproximado de 3.600 millones de euros. La extrema volatilidad de los mercados bursátiles, la buena marcha del grupo Inditex –del que conserva el 60% del accionariado y del que recogió 591,36 millones de euros en concepto de dividendos el pasado 2010– y la crisis sostenida del mercado inmobiliario –cuyos precios comienzan a resultar más que atractivos para los grandes inversores, como Jove, Del Pino o Koplowitz–, ha disparado el interés de Ortega por los edificios de oficinas premium.
Los elegidos son bloques emblemáticos, céntricos, destinados al alquiler con contratos a largo plazo. Oficinas con un nivel de ocupación probado, cercano al 100% y con inquilinos de solvencia probada.