Alimentación
Proteger la piel frente al sol por vía oral
Los fotoprotectores orales pueden ser de utilidad en personas susceptibles a la radiación ultravioleta, pero no evitan el empleo de cremas protectoras. Su principal componente, los betacarotenos, también puede obtenerse si se refuerza la ingesta de los alimentos que los contienen
Conseguir un bronceado rápido, seguro y a la vez bonito, es el objetivo que persiguen la mayoría de los españoles en esta época. Si bien resulta imprescindible el uso continuado de cremas solares que contengan altos factores de protección para evitar los efectos nocivos de los rayos ultravioletas, cada vez está tomando más fuerza el empleo de fotoprotectores orales para preparar la piel frente a la amenaza del sol. Según la doctora Aurora Guerra, jefa de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario Doce de octubre de Madrid y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), «los nutricosméticos para la prevención del daño solar están indicados en los fototipos bajos como 1 y 2 que van a ser expuestos a altas dosis de luz ultravioleta. También para aquellas personas con enfermedades que empeoran con la luz solar, como porfirias, lupus eritematoso, alergia solar, erupción polimorfa lumínica…».
No sustituyen
Eso si, no hay que olvidar que «son complementarios a la fotoprotección tópica, no la sustituyen, pero pueden ser de utilidad en personas que tengan problemas con la exposición solar», advierte la doctora María José García Fernández de Villalta, jefa del Servicio de Dermatología de Hospital Universitario Quirón Madrid. El objetivo de estos complementos no es otro que «aportar portar sustancias antioxidantes que restituyan el daño producido en el ADN por los rayos ultravioleta», aclara Guerra. Asimismo, los mecanismos de acción según García, «son variados y pueden tener efecto antioxidante, antiinflamatorio o inmunomodulador. Entre estas sustancias se encuentra el polypodium leucotomos, carotenoides, polifenoles, antioxidantes....».
Para hacer un buen uso de este complemento, «su toma ha de iniciarse un mes antes de iniciar la exposición al sol», recomienda la doctora Elisa Pinto Romero, jefe de la Unidad de Dermatología Médico-Estético del Hospital USP San Camilo de Madrid. Sin embargo, Guerra matiza que «la dosis son orientativas dependiendo del producto, pero dada la duración de los antioxidantes en el organismo, lo mejor es iniciarlo unos días antes y tomarlos durante todos los días de la exposición». Eso sí, Guerra advierte de que «siempre que se tomen nutricosméticos hay que tener en cuenta el estado de salud del individuo. Por ejemplo el embarazo, el tabaquismo (en el que están contraindicados) el cáncer y las interacciones con otros fármacos. Además, el riesgo de padecer cáncer de pulmón se incrementa en fumadores que ingieran carotenos a altas dosis, tres veces las nutricionales».
Variedad
Resulta inevitable valorar hasta qué punto es necesario el uso de este tipo de complementos si bien el verano ofrece multitud de alimentos con una gran riqueza en carotenos. A este respecto, Guerra sostiene que «es difícil determinar la cantidad. No existen estudios comparativos, pero si en cada comida (cinco veces al día) se ingiere uno o mas productos ricos en carotenos, tendríamos una buena protección». Todo aquel que desee optar por la alimentación en vez de por los fotoprotectores solares debe saber que «los betacarotenos son una provitamina, es decir, a partir de ellos se forma la vitamina A. Se encuentran en la zanahoria, calabaza, melón, calabacín, pomelo, albaricoque, espinacas y la mayoría de hortalizas de hoja verde. Cuanto más intenso es el color de la fruta u hortaliza, mayor es, por tanto, el contenido de betacaroteno», afirma la doctora y especialista en nutrición, María Teresa Barahona.
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