Barcelona

El (casi) subterráneo de las incógnitas

La oposición exige información sobre el retraso de las nuevas rutas, los costes y las fórmulas de financiación

Rosa Aguilar, junto a Martín Soler en su estreno al frente de la comisión de Obras Públicas
Rosa Aguilar, junto a Martín Soler en su estreno al frente de la comisión de Obras Públicaslarazon

SEVILLA- El anterior presidente andaluz, Manuel Chaves, anunció en 2005, tras la aprobación del Plan de Red de Metro de Sevilla, que las obras de las líneas 2, 3 y 4 comenzarían en 2008. Casi dos años y medio después empieza a concretarse la primera «malla» de ese tejido subterráneo «con carácter general». Pero su materialización real en proyectos de ejecución adjudicados y trabajos en marcha no es una realidad cercana, por no hablar de la puesta en servicio de las nuevas rutas. La ampliación de este medio de transporte más allá de la exitosa Línea 1 está llena de incógnitas. Proyectos fuera de plazoAnte la comisión de Obras Públicas y Vivienda, la consejera Rosa Aguilar defendió que no se ha perdido el tiempo desde que, entre diciembre de 2007 y febrero de 2008, se adjudicó la redacción de los proyectos constructivos de las líneas 2 (a la unión temporal de empresas compuesta por Aepo, Euroestudios, Inserco y Prointec), 3 (UTE de Idom, Serin, Ineco e Ingerop) y 4 (UTE de Ayesa-Typsa) por 17 millones de euros. Han expirado los 24 meses marcados y los trabajos que se someterán a información pública no son los proyectos de ejecución. Aun así, la Junta niega cualquier retraso, y menos por motivos económicos, garantizando que «hay fondos, no han faltado ni faltarán». Sin obras en el horizonteEl portavoz popular Jaime Raynaud calcula que, al mismo ritmo que la Línea 1, los 35,5 kilómetros de las próximas rutas tardarán 12 años: serán realidad en 2023. La consejera sólo pudo contrarrestar estas estimaciones recordando que las obras se ejecutarán simultáneamente en tramos de distintas rutas y priorizando la participación ciudadana a los plazos en la creación de la red completa. Otro argumento oficial para restar importancia al lento avance del metro radica en el empeño por evitar el «caso Montequinto», donde las quejas vecinales obligaron a introducir unos cambios en el trazado que retrasaron la Línea 1 y encarecieron su coste en unos 60 millones de euros.Cooperación financiadoraLa indefinición económica de la red completa del metro mantiene en vilo a la oposición, aunque Rosa Aguilar intentara despejar dudas anunciando partidas presupuestarias suficientes desde 2011 y una «colaboración pública y privada» como garantías de financiación. Asegura, además, que ya está en conversaciones con el Estado para captar aportaciones para las nuevas líneas al mismo nivel que Madrid o Barcelona. Explotación más pública Bajo el lema «más UTEs no», el portavoz de Izquierda Unida, Juan Manuel Sánchez Gordillo, rechazó que la construcción y explotación de los trayectos 2, 3 y 4 vuelvan a ser privadas, por la vía de la concesión administrativa. La Junta pretende aplicar «lo aprendido» de la Línea 1 y equilibrar la balanza ampliando la «presencia pública» en el proyecto.

Información obligadaOtra estimación «libre» del PP: si los 18 kilómetros de la Línea 1 costaron 658 millones de euros, los nuevos trayectos pueden elevarse a 1.298 millones. Para despejar ésta y el resto de incertidumbres que impregnan el metro venidero, el parlamentario Jaime Raynaud solicitó ayer mismo por escrito su acceso a los proyectos elaborados hasta el momento, para aclarar su alcance, sus plazos, sus presupuestos,...