Pacientes

Los adultos no se vacunan por miedo

Los posibles efectos adversos «echan para atrás» a la población a la hora de «revalidar» las vacunas infantiles o ponerse nuevas como la de la gripe o el neumococo, como refleja una encuesta sobre vacunación que verá la luz en los próximos días en la revista científica «Vacunas» 

Los adultos no se vacunan por miedo
Los adultos no se vacunan por miedolarazon

Una asignatura pendiente en el campo de la prevención en la sociedad adulta es la vacunación. Para la comunidad médica constituye un objetivo que debe afrontar para disminuir las consecuencias de una falta de inmunización. Así, el artículo «Encuesta sobre la vacunación de adultos en España», publicado en la revista científica «Vacunas» y presentado en el seminario organizado por Pfizer «Inmunización en adultos ¿Un reto por alcanzar?», muestra que el miedo es una razón de peso para evitar el pinchazo.

Juan José Picazo de la Garza, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y autor del estudio, subraya que «las dudas sobre la eficacia y el temor a los efectos secundarios son patentes en la población adulta. El miedo a enfermar también está presente. Pero una cosa que debemos tener en cuenta es que peor son las consecuencias de no haberse vacunado». En este sentido, Berta Uriel, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Hospitalario de Orense y presidenta de la Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Pública e Higiene (Sempsph), apunta a que «la población se muestra reticente a ponerse vacunas por miedo, mientras tanto no cuestionan la toma de ciertos medicamentos, que serán muy válidos y eficaces para patologías cotidianas, pero que pueden tener efectos secundarios adversos más importantes».

Pese a las lagunas en inmunización en adultos, los médicos resaltan que la vacunación infantil es elevada en nuestro país y sólo un 14 por ciento de padres decide no vacunar a sus hijos. «Un porcentaje nada desdeñable que hay que corregir», añade Picazo. Por lo que los expertos reunidos en el seminario, se mostraron de acuerdo a la hora de «desmitificar el hecho de que si me vacuno de la gripe, la puedo padecer igual tras el pinchazo», comenta José Ramón de Juanes, jefe del Servicio de Medicina preventiva del Hospital Doce de Octubre de Madrid.

Otro de los retos pendientes es la vacunación, no ya de grupo de riesgo de menores de 65 años, sino del colectivo sanitario. «De la ‘‘generosa'' cifra del 30 por ciento de médicos y enfermeras que se inmunizan hay que destacar que son pocos los de este último colectivo», manifiesta Picazo. Este hecho llega a poner en entredicho que la eficacia de esta herramienta preventiva, por ello los prescriptores deberían tener una mayor concienciación en el asunto.
«Los médicos deben conocer y acudir a las guías y documentos de consenso para aumentar tanto su nivel de información sobre las vacunas, como la confianza de ellos mismos en que funcionan», recalca Uriel. Estas armas de prevención han servido para erradicar y controlar patologías como sarampión, polio... «que prácticamente ya no existen y si hay casos, se debe sobre todo a políticas que han decidido saltarse las recomendaciones de vacunación de la Organización Mundial de la Salud. Dejar de vacunar es dar un paso atrás en los avances», cuenta Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.