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La sharia regirá la nueva Libia

Las ONG denuncian una «caza de brujas» de cientos de subsaharianos, detenidos por la sospecha de ser gadafistas.

Uno de los subsaharianos atacados por los rebeldes libios en Trípoli
Uno de los subsaharianos atacados por los rebeldes libios en Trípolilarazon

Trípoli- El Gobierno rebelde fijó ayer la hoja de ruta para una transición «pacífica y democrática» a la nueva Libia, que será un Estado democrático e independiente, con Trípoli como su capital, el islam como su religión, el árabe su lengua y la sharia (ley islámica) como principal fuente de derecho. Los grupos minoritarios y todos los sectores de la sociedad serán respetados, según la declaración del CNT, aunque eso no es lo que está ocurriendo en estos primeros momentos.

Las ONG Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y Médicos sin Fronteras (MSF) denunciaron ayer los abusos y la persecución que sufren los africanos subsaharianos en Trípoli: los rebeldes los acusan de ser mercenarios de Gadafi y están llevando a cabo arrestos masivos, según Peter Boukaert, de HRW. La organización tiene evidencias de que el régimen contrató mercenarios para reprimir y atacar a la población civil al principio de las revueltas. Pero cuando éstas se convirtieron en una guerra, la mayor parte de los soldados que lucharon en el bando de Gadafi eran libios, aunque muchos de ellos de piel oscura, eran procedentes del desierto en el sur del país donde el coronel tenía y mantiene fuertes lealtades.

Mientras Trípoli celebraba ayer el fin del Ramadán y el comienzo del Aid al Fitr en la Plaza Verde, una vez símbolo del régimen, los rebeldes arrestaban a decenas de hombres de color a poca distancia de allí: no hay pruebas de sus crímenes, sólo que tienen la piel negra.

Los milicianos de la Brigada de Trípoli aseguran que son asesinos, que han matado a sus hermanos libios, pero que están recibiendo un buen trato en el polideportivo donde ayer estaban retenidos más de cien. Fueron apresados supuestamente con armas y uniformados, «los hemos reconocido, estaban en el frente luchando», explica Salam Eysal, un representante del CNT en Trípoli, que muestra desprecio por los detenidos, al igual que los jóvenes que los vigilan, uno de ellos con un pasamontañas, todos armados con Kalashnikov. Con el arma amenazan a las esposas de los detenidos que se han acercado a la prisión para saber de ellos. Una de las mujeres cuenta que su familia es chadiana, pero llevan muchos años viviendo en Libia y que su marido es un trabajador honesto, padre de tres hijos. Eso es lo que parece al ver a los detenidos, con ropa civil, delgados y asustados. Los rebeldes los sacan del polideportivo haciéndoles pisar una alfombra con la cara de Muamar Gadafi y los meten en dos lecheras, para trasladarlos a una base militar donde serán supuestamente interrogados. Sus mujeres empiezan a llorar y gritar, temen por ellos, al igual que las organizaciones internacionales. Amnistía Internacional denunciaba ayer que los africanos subsaharianos constituyen el grueso de los prisioneros de guerra capturados por los rebeldes. HRW por el momento sólo ha encontrado a 300 mercenarios «de verdad» detenidos en Trípoli.

Las ONG apelan al CNT para que los proteja, como ya exigieron en su momento en Bengasi sin obtener resultados. Ahora, el propio CNT está pidiendo a sus milicianos que no lleven a cabo actos de venganza contra los gadafistas. Su ministro del Interior, Ahmed Darrad, dijo que si estos crímenes están teniendo lugar, no han sido ordenados ni organizados por las autoridades.

Darrad prometió que la nueva Libia será un Estado de Derecho, no como la de Gadafi. Para ello, el CNT ha establecido una serie de plazos para crear un gobierno de transición en un plazo de 30 días; en 8 meses se elegirá una Conferencia Nacional Pública, encargada tanto de elaborar una constitución como de convocar elecciones en 18 meses, que contarán con la supervisión de Naciones Unidas. Pero para que eso ocurra, el CNT tiene que declarar que Libia está totalmente «liberada» y eso sólo ocurrirá cuando Gadafi sea capturado. Darrad ha dicho que si éste no se rinde y es encontrado, el CNT tiene la libertad de matarle. Ésta parece ser la idea de justicia que se impondrá en la nueva Libia, donde ayer los niños jugaban con pistolas de plástico en la navidad musulmana.