Historia

Sevilla

OPINIÓN: Por encima de la ley

La Razón
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La actitud ante sus respectivas imputaciones de los dos primeros en la lista de Izquierda Unida para las municipales, y de la formación que los ampara, responde a la lógica revolucionaria del primer tercio del siglo pasado, cuando la legalidad vigente no era más que una aliada para acceder a las instituciones. O mejor: a la información y al dinero que proporciona la presencia en las instituciones. A los comunistas, como a los nazis, no les atañe el orden legal porque ellos sirven a un ente superior, el partido. No es que sea éticamente admisible quebrantar la ley si con ello se favorece a La Idea, sino que para el militante resulta una obligación. La (presunta) prevaricación de Medrano y el (presunto) fraude de Torrijos no suponen para ellos y sus compañeros un motivo de oprobio. Al contrario, se ufanan de haber retorcido al Estado de derecho porque su ilicitud ha traído un beneficio superior. El sectario pensará que censurar a un escritor o facilitarle a una empresa amiga la compra de un suelo jamás constituirá un delito si quien lo perpetra actúa en nombre del pueblo, ese concepto tan incierto. El liberal pensará que el disfraz de progresista traviste a mucho caradura facineroso. Y el juez, que es lo importante, opina que estos dos fulanos han de sentarse en el banquillo para responder por su comportamiento.