Afrodisiacos corazones de alcachofa con crestas de gallo de Catalina de Médici

Desde su Florencia natal llevó a Francia nuevos estilos ante el yantar y la norma de que damas y caballeros compartieran la misma mesa, pero además introdujo nuevos productos, como el azafrán y la alcachofa, haciendo de esta última un icono de potencial salutífero y afrodisíaco, al punto de que en una boda celebrada en 1576 estuvo a punto de morir a cuenta de un atracón de corazones de alcachofa con crestas de gallo, su plato preferido. Al poco tiempo, la afición por la alcachofa se extendió a la calle como bocado excéntrico y sensual.

La receta
Ingredientes

4 docenas de alcachofas
16 crestas de gallo confitadas
Grasa de pato
1 vasito de vino blanco seco
Pimienta negra en polvo
Sal al gusto
Zumo de 1 limón

Preparación
1- Se desprenden de las alcachofas las hojas exteriores y los tallos y se sumergen durante unos minutos en un recipiente con agua y zumo de limón para que no oxiden.
2- Se pone una cacerola con agua y sal al fuego y, cuando comience a hervir, se introducen las alcachofas y se dejan cocer durante una media hora, hasta que estén tiernas, pero un poco «al dente».
3- Cuando estén hechas, se sacan,
se dejan enfriar y se pelan
hasta que queden los corazones.
Se reservan.
4- Se sacan las crestas de gallo caramelizadas de la lata con su correspondiente grasa de pato y se colocan en una sartén al fuego hasta que la grasa se haya derretido. Se vierte entonces el vasito de vino blanco y se deja reducir un poco, para, a continuación, introducir los corazones de alcachofas. Se remueve durante unos instantes hasta que todo tenga una temperatura uniforme.
5- Se sirven en platos individuales, salpimentandas al gusto.

LOS BENEFICOS
Mejora los dolores articulares
La alcachofa protege y mejora la salud del hígado y aumenta la producción de bilis, lo que resulta de gran utilidad para metabolizar grasas y alcohol, además de proporcionar bienestar general al organismo; reduce las tasas de colesterol y es diurética, lo que redunda en una sensible mejora en personas propensas a la retención de líquidos, exceso de urea y gota. Además, es un buen alimento para diabéticos, porque su insulina limita la concentración de azúcar en sangre tras las comidas. Por su parte, las crestas de gallo son una fuente excepcional de ácido hialurónico, que además de sus conocidas propiedades cosméticas, mejoran los dolores articulares y la osteoartritis al tiempo que actúan contra los radicales libres que nos envejecen.