Crisis del PSOE

Sin rumbo treinta años después por Agustín de Grado

La Razón
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Treinta años se cumplen el domingo. El PSOE alcanzaba en las urnas una mayoría abrumadora. Quizá irrepetible. Apenas habían transcurrido siete años de la muerte del dictador. Los españoles entregaban su confianza a un líder joven catapultado sobre un lema falso («Socialismo es libertad»), pero entonces creíble. Felipe González había soltado el lastre del marxismo en una jugada valiente que le liberaba del pasado para ganar el futuro. Treinta años después de aquel histórico 28-O, el socialismo español se hunde camino de la irrelevancia. Ha dejado de ser creíble. Es la herida por la que se desangra tras ocho años de culto norcoreano al delirio de Zapatero. Donde todos los desmanes que nos han traído hasta aquí eran jaleados por una corte de mediocres aupados a un cargo que nunca imaginaron por currículum, mientras los solventes consentían en cómplice silencio. Enternecedor escucharles denunciar ahora, a Leguina, Bono y compañía, lo que avalaron con su voto cobarde. Ya da igual. La superioridad moral que permitía al PSOE desenvolverse con impunidad en nuestra democracia ha caducado. Los españoles han dejado de creerles. Ni los del PP son los nietos de Franco ni el PSOE garantía alguna de las pensiones. Esta crisis pavorosa ha descolocado a un socialismo al que incomoda gobernar sobre realidades, cuando antes le bastaba con una hábil y demagógica gestión de los sentimientos buenistas. Resulta patético verles en la algarada pancartera nada más ser apartados del poder por la voluntad mayoritaria. Ya no cuela. Tampoco la progresiva pérdida de identidad nacional del único partido que en sus siglas lleva la palabra «español». Así que ya pueden enredarse ahora en el falso debate del liderazgo. Política de avestruz. Nunca hay viento favorable para el navegante que no sabe dónde va.