Amando de Miguel: «En Madrid hay mucha presencia angelical»

–«Judíos en la ciudad de los ángeles». ¿Cree en ángeles y demonios?
–Creo en ellos como en la Ley de la Gravedad. No los veo, pero existen.

–Los protagonistas de su novela son una pareja de judíos...
–Me venía bien: el mito de los ángeles está en la Biblia.

–La pareja de judíos se enfrenta a un ambiente hostil en la Universidad de Madrid. ¿España es antisemita?
–Sí, porque fue muy semita. Además, se ve a los judíos como poderes ocultos culpables de nuestros males. Son las víctimas propiciatorias.

–¿Por qué la izquierda se manifiesta mayoritariamente a favor de los palestinos y contra Israel?
–Antes era la derecha la antisemita; ahora es la izquierda. Así se ven más en su papel de antisistemas o anticapitalistas, más antinorteamericanos.

–En la novela, la pareja se comunica con los ángeles. ¿Por internet?
–No. Mediante unos aparatos fantásticos que me he inventado para que tal cosa pudiera suceder.

–¿La ciudad de los ángeles está en Los Ángeles?
–No, en Madrid. Aquí hay mucha presencia angelical: es la única ciudad del mundo que tiene un monumento al ángel caído. Es una ciudad mágica.

–¿Por qué lo dice?
–Tiene siete estrellas en su bandera, como la Osa Mayor. El madroño es un alucinógeno: si lo cueces, te colocas. Es la ciudad ideal para que aparezcan ángeles.

–Hace una profunda crítica de la vida cultural española. ¿Lo peor de ésta?
–La mediocridad, la atonía. Cuando alguien destaca, se le hunde. A mí han tratado de hundirme

–Pues lleva publicados más de 130 libros...
–Escribo tanto para dar envidia. Es un gran placer. Es mi venganza.

–¿Qué irritará más de su novela?
–El retrato que hago de algunos colegas de la Universidad: profesores sumisos al poder, envidiosos, mediocres.

–Tiempo de recortes. ¿Qué recortaría usted?
–Yo pediría a los que recortan que se recorten a sí mismos.

–Zapatero recibirá 18.200 euros al mes...
–No me diga que de ahí no se puede recortar algo.

–Sí, pero ¿podría seguir siendo optimista?