París
Wiggins amo y señor
Al favorito sólo le superó Cancellara en una crono donde Sánchez y Valverde se dejaron más tiempo del debido
Sentado en el banco, frente al set de entrevistas donde siempre cada hombre que marca el mejor tiempo mira a la televisión, cual cordero degollado esperando, deseando, rezando sobre todo para que los corredores vayan pasando, para que nadie le adelante en el reloj, ahí estaba Sylvain Chavanel. Siete minutos y veinte segundos de prólogo tras un sprint espectacular en la recta de meta. Cinco, diez, veinte minutos. Media hora después. Nadie le echaba del sillón de ganador, el que tiene acceso directo al primer león de peluche del Tour de Francia. «Llevo días pensando en este prólogo».
Días. Pero es que Bradley Wiggins lleva mucho más tiempo más concentrado en esos 6,4 kilómetros que abrían la ronda gala. Y en todo el Tour. Desde que decidió abandonar su físico de «culo gordo», el de los «pistard», para pulirse como escalador. De aquello hace más de dos años. Desde entonces, lleva Wiggins en la cabeza con este prólogo, con esta crono. Con este Tour que ya desde el primer día huele a suyo.
Podía haber esperado «Wiggo», anda que no le quedan kilómetros hasta llegar a París. Por aquello de la presión, del desgaste de fuerzas, de quemar a los compañeros, pero no. En Lieja, en el prólogo, salió a ganar la etapa. 42 centésimas mejor que Chavanel le sirvieron para echar al francés del trono, pero poco le duró la alegría, pues por detrás Cancellara, más «locomotora suiza» que nunca, le sacudió con siete segundos. Más de uno por kilómetro en el circuito de apertura del Tour.
Pero aunque no se llevó la etapa, el golpe de autoridad de Wiggins es un hecho. De los favoritos, sólo Denis Menchov, a seis segundos con respecto al inglés, convertido ya en la referencia absoluta; Cadel Evans, a 10, y Nibali, a 11, salvan el tipo. Alejandro Valverde se dejó 28 segundos y Samuel Sánchez, caído hace apenas dos semanas en el Dauphiné Libéré, pero aquí, en Lieja, en el Tour, vivo y con un dorsal, que es lo que al fin y al cabo cuenta, a más de medio minuto. Y todo esto en tan sólo 6,4 kilómetros de prólogo. Pero como siempre se dice en estos casos, aún queda mucho Tour.
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