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Moscú

Irán inaugura Bushehr como símbolo de su orgullo nuclear

Treinta y cinco años después y con dos contratistas de por medio –empezó el proyecto la alemana Siemens y lo prosiguió la corporación rusa Atomstroyexport–, la República Islámica de Irán puso ayer en marcha su primer reactor nuclear en la central de Bushehr.

Irán pone en marcha la central nuclear de Bushehr
Irán pone en marcha la central nuclear de Bushehrlarazon

En principio, Rusia supervisará el proceso de producción de energía eléctrica, se encargará de suministrar el combustible necesario y, lo que es más importante, de procesar los residuos nucleares gastados.

El control de este material peligroso que se utiliza para la producir armas de plutonio es imprescindible para disipar las dudas sobre la finalidad de la central. EE UU no se ha opuesto a la inauguración de Bushehr y confía en la labor de verificación de Moscú. El departamento de Estado norteamericano aseguró ayer que no existe un «riesgo de proliferación» con la planta, informó la BBC. Gran Bretaña también reiteró su respeto a que Irán produzca energía nuclear para uso civil, aunque señaló la importancia de que el régimen teocrático renuncie a su programa de enriquecimiento de uranio. Más contundente fue Israel que consideró «totalmente inaceptable que Teherán disfrute de la energía nuclear». Capítulo aparte debería ser esta cuestión, aunque las propias autoridades iraníes insisten en defender su derecho a las dos actividades: el reactor de Bushehr y el enriquecimiento ilícito de uranio. Ayer el vicepresidente iraní, Ali Akbar Salehi, presentó la planta como un triunfo nacional. «Después de toda la presión y las sanciones impuestas por los países occidentales, ahora somos testigos del mayor símbolo del poder nuclear pacífico iraní», dijo Salehi, según Reuters, mientras insistía en su desafío a la comunidad internacional al asegurar que «continuará con el enriquecimiento de uranio al 20%». Una retórica que no favorece a un clima de confianza entre Irán y las principales potencias.



ANÁLISIS
¿Qué peligros entraña la planta del Golfo?
- ¿La central nuclear de Bushehr y el programa de enriquecimiento iraní son dos asuntos diferentes?

–Algunos expertos en seguridad nuclear consideran que si Rusia mantiene el control del reactor, las posibilidades de que Teherán produzca un arma atómica con los residuos de la planta se reducen. Israel, sin embargo, rechaza el uso de tecnología nuclear en el país persa debido a la naturaleza del régimen teocrático.

- ¿Podrá Rusia garantizar que la central no se utiliza para la proliferación nuclear?
–Ése es su objetivo, que tenga éxito o no en su misión se comprobará con el tiempo. Hace dos meses, Moscú votó por primera vez a favor de las sanciones del Consejo de Seguridad contra el programa iraní. Tiene el compromiso de velar el cumplimiento de la resolución 1929, que impide a Teherán convertirse en potencia atómica. Rusia tampoco está interesada en que Irán adquiera el arma nuclear por el efecto desestabilizador que produciría en la región.

- ¿Supone la central de Bushehr un importante avance para el país persa?
–El reactor nuclear iraní se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional para el Gobierno de Ahmadineyad, en un momento de especial debilidad por su confrontación con la comunidad internacional y con un sector importante de su propia población. Hasta el núcleo conservador muestra signos de división por la pésima gestión de los recursos económicos y del petróleo. Bushehr puede ser un respiro. Desde el punto de vista técnico no cabe duda de que permitirá a los científicos nucleares iraníes ganar más experiencia.