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Los mandamientos de Taylor Swift: todo lo que prohíbe llevar a sus conciertos

Los próximos miércoles y jueves la cantante estadounidense ofrecerá en Madrid conciertos enmarcados en su gira «The Eras Tour».
US singer Taylor Swift performs in Lisbon
US singer Taylor Swift performs in LisbonMIGUEL A. LOPESEFE

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Nada menos que 69 camiones estacionan en Valdebebas para los conciertos de Taylor Swift. Ya se divisaron ayer algunos circulando por los derredores de la capital, forrados con cientos de fotos de la artista (por si cabía duda) y creando una expectación que ni el mismísimo Mr. Marshall de Berlanga. Ni la Virgen del Rocío ni la boda de Lolita movilizaron a tanta gente como la artista de Texas. «Si me queréis, ¡irse!», dirán todos aquellos padres y madres que los próximos miércoles y jueves tendrán dificultades al llevar a sus hijos al colegio por los cortes de la calle Padre Damián. Pero que respeten las 48 horas de gloria del pelotón del pañal, que se hacen llamar «swifties».
No beberán mucho, y por eso deben agradecer una de las restricciones que proponen desde Live Nation y el Santiago Bernabéu: no se puede acceder al recinto con botellas de agua mayores a 50 centilitros. Norma que parece una minucia comparada con el resto de objetos prohibidos. Un «swiftie» legal se rendirá a los firmes mandamientos, y no beberá demasiado ni comerá. Al concierto no accederá si su mochila o bolso supera los 44 centímetros de alto, los 22 de largo y los 15 de profundidad.
Objetos prohibidos concierto Taylor Swift
Objetos prohibidos concierto Taylor SwiftT. GallardoLa Razón
Si un mal gesto le ha propiciado dolor de tobillo y la muleta se la ha prestado su hermano con tal de ahorrarse las salas de espera de un hospital, déjesela en casa: solo pueden llevarla junto con un certificado médico vigente. Las calles estarán cortadas, habrá tráfico y el metro rebosará tanto que ni una final de la Champions. Si opta por la comodidad de la moto, asegúrese de tener dónde guardar el casco. En presencia de Swift, no a las Motomamis, sí a los bajos absorbentes.
Amarán a la de Texas, pero en su justa medida: los carteles con declaraciones de amor y piropos no podrán excederse de una cartulina tamaño A3. Todo sea por disfrutar, después de las colas y el show previo, de más de tres horas de música y espectáculo. Al menos, a Madrid le merece la pena tal despliegue, pues ya prevé un impacto de 20 millones de euros en tan solo dos días, con su consecuente elevación de la inflación hasta un 0,3%, auguran los expertos. Aspirantes a la «Beatlemanía», agárrense los algodones que el espectáculo va a comenzar.