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Gadafi a La Haya

La Razón
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La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del 17 de marzo, que creó una zona de exclusión aérea sobre Libia en la que ya interviene una coalición de países para frenar los ataques del dictador contra la población civil, puede terminar con el enjuiciamiento del líder libio en La Haya. El Tribunal Internacional de Justicia, establecido en los Países Bajos casi al mismo tiempo que la ONU es, desde 1945, el principal órgano judicial de esta organización y está incluido en su Carta fundacional.
Su papel es el de resolver las disputas que le planteen los Estados miembros o cualquier cuestión jurídica que le presente la Asamblea General o el Consejo de Seguridad.
La Corte mantiene en estos momentos dos tribunales penales especiales: el de la antigua Yugoslavia y el de Ruanda. Fueron creados por dos resoluciones del Consejo de Seguridad (el 25 de mayo de 1993 para Yugoslavia y el 8 de noviembre de 1994 para Ruanda). Aunque sus casos y actores son de sobra conocidos, los crímenes que se juzgan son por genocidio y crímenes contra la humanidad. En la resolución sobre Libia, que no sobre Gadafi, al que no se menciona, hay un claro mensaje para otros gobernantes con problemas en el norte de África: no pueden atacar a sus propios civiles que se manifiestan pacíficamente por el cambio. Estos días eso está sucediendo en Siria, Yemen y Argelia, por citar sólo los más destacados.
Está en manos del Consejo de Seguridad abrir la posibilidad de crear tribunales penales especiales para juzgar a los dictadores que no aceptan el proceso de cambio abierto en la región desde principios de este año.