OPINIÓN: Nariz blanca guante blanco

Verídico como un chiste de Paco Gandía. Un ciudadano denuncia el robo de uno de los retrovisores de su automóvil aparcado en Los Remedios y el agente que lo atiende en comisaría le explica: «En estas fechas es habitual, porque la superficie lisa del cristal es idónea para preparar rayas de cocaína». La víctima, en efecto, constata que el espejo fue amputado con delicadeza quirúrgica, sin daño para la carcasa ni para el mecanismo de regulación electrónica. Quinquis y enganchados, sí, pero también manitas y cuidadosos como para no hacer más destrozo del necesario. No todo está perdido para una sociedad en la que los delincuentes son tan considerados.