El PP llevará a su programa limitar el amparo ante el Constitucional

El recurso de amparo, vía utilizada por Bildu para recurrir la decisión del TS de dejarles fuera de las elecciones, no se puede eliminar de raíz porque está dentro de la Carta Magna. Ahora bien, por medio de una reforma de la Ley Orgánica del TC sí se puede limitar el número de recursos de amparo que terminen en él. De hecho, en la última reforma impulsada por el Gobierno socialista se estableció que el TC sólo vea aquellos que considere que son de relevancia constitucional, es decir, que se dejó a su potestad determinar cuáles se trasladaban a un tribunal ordinario.

«El TC está conformado por jueces designados por los políticos y corrige al Supremo, que lo conforman los jueces más importantes del país. Evidentemente, algo hay que hacer», explicaban ayer fuentes de la dirección popular. Ese «algo hay que hacer» tiene su base programática previa, ya que en el documento de propuestas con el que el PP se presentó a las elecciones de 2008 se defendía una modificación del sistema de elección, incrementando a 30 años la experiencia necesaria para ser magistrado del TC y extendiendo su mandato hasta la edad máxima de jubilación.

Evitar otro Bildu
Además, ya entonces el PP defendía que se introdujera el amparo ordinario para garantizar los derechos fundamentales ante los tribunales ordinarios, evitando así el atasco en el TC, sin perjuicio de la competencia de este tribunal en aquellas cuestiones de interés constitucional que establezca la ley. La decisión de retomar esta base y perfeccionarla de cara a las próximas generales concuerda con la postura oficial del PP de centrar toda la responsabilidad de lo ocurrido con Bildu en el exceso de competencias que se ha tomado el TC.

Bono prefiere el fallo del TS
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, afirmó ayer en Logroño que «las gentes que han estado durante mucho tiempo siendo los voceros de Batasuna y sus testaferros» no le inspiran «ninguna confianza». A una pregunta sobre Bildu en un acto electoral, señaló que, «en el ámbito intelectual», le gusta «más la sentencia del Tribunal Supremo que la del Constitucional», pero «sobre gustos hay tanto escrito como poco definido» y «lo único definido constitucionalmente es que están en las elecciones porque quien podía autorizarles, les ha autorizado», subrayó.