Río de Janeiro
Calentando motores por Ramón TAMAMES
Muchos de los lectores de esta columna saben que, del 29 de noviembre al 10 de diciembre, se celebrará en Cancún la 16ª Cumbre del Clima. Oficialmente conocida como Conferencia de las Partes (COP-16, por su sigla inglesa), esa Cumbre constituirá el foro de trabajo de la Convención Marco sobre Cambio Climático, que se acordó en Río de Janeiro en 1992 y que en 1997 tuvo su derivación en el Protocolo de Kioto.
En la citada gran ciudad-balneario de la península de Yucatán, se intentará avanzar desde lo que se convino informalmente y sin unanimidad en la COP-15 de Copenhague, de diciembre de 2009, en lo que fue un encuentro que no tradujo el fracaso rotundo que algunos pretenden. Lo que sucedió es que, allí y entonces, se constató que el sistema del Protocolo de Kioto, de recorte de emisiones de «gases de efecto invernadero» (GEI), no es la única manera de abordar el calentamiento global y su consiguiente cambio climático.
En cualquier caso, no hay gran optimismo sobre soluciones en Cancún y por aquello de «curarse en salud», muchos han advertido (incluyendo a la Secretaria de la convención, Christiana Figueres) de que en la Conferencia no se alcanzará el ambicionado convenio global. Los problemas aún pendientes, son formidables: financiación de la ayuda a los países en vías de desarrollo, mecanismos de verificación del cumplimiento de los compromisos asumidos por cada parte signataria, y, por encima de todo, estará lo que diga el G-2: China con sus propósitos de eficiencia energética y EE UU con su ritmo muy lento de recorte de emisiones.
En un ambiente de mayor escepticismo que en 2009, con una crisis económica que se prolonga más de lo esperado y con un Obama deslucido por su derrota electoral del pasado 2 de noviembre, Cancún, con toda seguridad, no será una fiesta. Pero queda la esperanza de que haya avances metodológicos hacia el convenio global definitivo, en la COP-17, que tendrá lugar en Johannesburgo en 2011.
✕
Accede a tu cuenta para comentar