Crisis del PSOE

Suicidio asistido

La Razón
La RazónLa Razón

ZP ha sido el niño cuando crece y se ha convertido en el enfermo cuando adolece. Él, que denominó a la crisis «ligera desaceleración», está viendo cómo su pulso político se acelera al ritmo de las desfavorables encuestas sobre intención de voto. Hubo un tiempo en que el presidente tuvo más crédito que el Pulpo Paul (R.I.P.). Aquello terminó. Lo malo es cuando te acostumbras a lo bueno. Hay presidentes que son perfectos para los tiempos de bonanza, otros para los de guerra, otros
para la reconstrucción y la posguerra. ZP era estupendo para los días de euforia y las arcas rebosando, para la ideología en sazón. Sabe gastar dinero como nadie (exceptuando, acaso, a Gallardón, que también ha alcanzado la excelencia en eso). ZP ha precipitado una crisis de gobierno reconociendo así que él mismo está en crisis: económica, política, familiar, ¿personal?… Más o menos como la de todos, especialmente la de los millones que hacen cola a la puerta del INEM. Una, equivocada o no, piensa que los mejores políticos son aquellos de los que no se habla. ZP ha dado mucho que hablar. Nos ha suministrado tanta marcha que nos va a dejar descoyuntados vivos. Los que lo auparon y sus adversarios, sus fieles y sus críticos, hemos vivido excitados, cabreados, entretenidos con sus políticas. Se ha sacado el carnet de conducir estados mientras ensayaba desde el Gobierno de la nación, por eso hemos dado bastantes tumbos. Ahora pisa el freno a fondo. Y la inercia nos impele a estrellarnos. «Pa' habernos matao», dirán quizás algunos cuando ZP ya no esté iluminando con su sonrisa, cada vez más demacrada, la escena política española. ¿Habrá retirado a Leire Pajín de la ejecutiva del PSOE porque muchos socialistas de la vieja escuela estaban hartos de su juventud planetaria y su radiante «sororidad» que se come a besos a la otra joven promesa socialista recién apeada de su cartera, Bibiana Aído? La ha nombrado ministra de Sanidad, Política Social, Igualdad, Fraternidad, Maternidad y yo no sé qué más. ¿Habrá premiado a Trinidad Jiménez con el Ministerio de Exteriores porque le importa poco la política exterior y un poquito pagar el acto kamikaze, por lealtad al Líder, al que se sometió la nueva ministra contra Tomás Gómez en Madrid? Y a Rubalcaba, nombrándolo Visir del Reino, ¿le habrá entregado el interruptor para que lo asista en un posible suicidio político…? ¿Estará cansado ZP? (Veremos…).