Barcelona
Sobra fantasía
El Barcelona es en el fútbol lo que era en el billar Joaquín Domingo: campeón del mundo de la fantasía. En los tiempos en que los deportistas españoles sólo ganaban esporádicamente, el billarista era personaje del NO-DO porque se exhibía un campeón mundial. El Barça también practica la fantasía, la jugada a varias bandas, buscando la carambola final con calidad suficiente para que sea admirada y aplaudida. Lo que hacía Domingo era casi imposible de repetir. Lo mismo ocurre con el juego barcelonista. El problema futbolístico reside en que para llegar al final hay que contar con los adversarios. También, como es natural, con lo complicado que es dar toques precisos y controlar la pelota con los pies como podría hacerse con las manos.
Iniesta y Messi trataron de conseguir goles casi al borde de lo imposible. El Viktoria Plzen se acongojó unos minutos cuando se vio desbordado y recogido en su área. La falta del segundo tanto le hizo creer que podía conseguir algo y adelantó líneas. Presionó arriba y los zagueros azulgrana no tuvieron claridad para arrancar desde atrás.
En el fútbol, no amarrar la victoria suele tener malas consecuencias. El Barça lo pagó contra el Milán. Esta vez Villa evitó el tropiezo. El Valencia dominó, creó ocasiones y se fue al descanso con la ventaja del gol de Jonas. Como ya le ha sucedido alguna vez al final del encuentro, ha perdido puntos importantes. En dos minutos remontó el Bayer Leverkusen.
Messi se empecinó en entrar con el balón en la portería y ello no dio réditos.
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