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El año de los drones por Carlota García Encina

La Razón
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La muerte de Anwar al- Awlaki confirma la eficacia de los aviones no tripulados armados –los drones– y una tendencia que recoge la última estrategia contraterrorista norteamericana de junio de 2011: incrementar las operaciones clandestinas y los ataques selectivos, en detrimento del despliegue de efectivos terrestres. Desde luego tienen sus ventajas. Requieren unas fuerzas mínimas, los ataques no son indiscriminados y apenas hay daños colaterales. El éxito táctico es grande sobre todo si se eliminan las principales cabezas terroristas. La filial de Al Qaeda en la Península Arábiga se considera hoy la más letal y activa de la red global. No había duda de que su líder era el primer objetivo de Washington, tras la muerte de Ben Laden.

La eliminación de Al-Awlaki es un éxito para EE UU en su lucha contra el terrorismo, pero también para el resto de aliados. Se ha acabado con una «celebridad en Internet», que a través de la publicación Inspire había llevado a cabo una eficaz campaña de radicalización en Occidente. Y es también un duro golpe para Al Qaeda que en los últimos tiempos ha tenido que pasar de la ofensiva a la defensiva.Quienes no están tan contentos son los yemeníes, que detestan que los americanos lleven a cabo operaciones militares en su territorio. Además, les demuestra cuál es el único interés de Washington en Yemen, y por lo tanto poco esperan de ellos en sus revueltas contra el presidente Saleh. Habrá que esperar la venganza de la debilitada Al Qaeda. Los norteamericanos, mientras, se inundan de confianza. Pero cuidado, con los drones no se gana una guerra.

Carlota García Encina
Analista en Seguridad y Defensa