Fútbol
Pérez Lasa
La diferencia entre Guardiola y Mourinho es que Pep sólo quiere hablar de fútbol. No entra nunca al trapo de las declaraciones de nadie, y hace bien. Los partidos se ganan jugando bien al fútbol, no delante de un micro. Guardiola lleva 1.000 días al frente del primer equipo del Barça. Y de diez títulos, ha ganado ocho. Todo un récord. Además de haber formado un equipo de leyenda. Para él, cada partido es una final, como se vio ayer. No hay nunca enemigo pequeño. Es un ejemplo a seguir.
En el Pizjuán vivimos un buen partido de fútbol, de gran intensidad, con un protagonista principal. Una vez más, el árbitro. Esta vez, Pérez Lasa. Lamentable. Perjudicó al Barça de forma decisiva, anulando un gol a Messi en la primera parte y no pitando un penalti clarísimo a Bojan en la segunda. Además de la mala suerte, con dos palos, uno de Messi y otro de Iniesta. Más un gol sacado por Medel cuando entraba en la portería.
A pesar de todo, no se rindieron. Los goles fueron de Bojan, minuto 29, y el empate de Navas llegó en el 48. En mi opinión, un inmerecido empate del Barça y no tengo nada que decir del Sevilla, que jugó un buen partido. Al final, un punto sumado y nos quedamos a cinco, que es mucho. El Madrid le puede enviar una cesta de Navidad en agradecimiento a Pérez Lasa. Sin su contribución, hubiéramos visto otro partido en el que, por supuesto, no me cabe duda, habría ganado el Barça.
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