Por qué ganamos

España conquistó su primer Mundial por la conjunción de una serie de factores en un grupo de futbolistas de un talento extraordinario. Estas son algunas de las claves del mayor éxito de la historia del fútbol español.

¿Fue clave la herencia que dejó Luis Aragonés y que sirvió para ganar la Eurocopa dos años antes ante Alemania?

–Cada maestrillo tiene su librillo dice el refrán. Y Del Bosque dotó a «La Roja» de su propia personalidad, tanto en los aspectos tácticos como extradeportivos, tanto dentro como fuera del campo. España venía de ganar la Eurocopa; en Viena había encontrado la piedra filosofal de su fútbol con el «tiqui-taca» y Luis había puesto la semilla para que la Selección se dejase sus miedos atávicos y se convirtiese por primera vez en un equipo ganador. Los propios jugadores afirman que el partido contra Italia de la Eurocopa, donde Casillas detuvo dos penaltis y Cesc marcó el lanzamiento definitivo después de la prórroga, fue clave en todos los aspectos.

España llegó a Suráfrica, curiosamente, con el papel de favorita para un Campeonato del Mundo por primera vez en su historia.
–La clasificación para el Mundial, ya con Vicente del Bosque como seleccionador, fue modélica, intachable, ejemplar. El equipo se iba asentando, su juego era un compendio de virtudes entre el toque y la velocidad por lo que los expertos –entrenadores y ex jugadores– colocaron a España junto a Brasil, Argentina e Inglaterra como las principales candidatas al título.

¿Supo asumir el grupo ese nuevo rol?
–Dentro de la prudencia lógica con la que se habla cuando se trata de fútbol, a Del Bosque no le importó, desde su permanente equilibrio, apechugar con la responsabilidad de que España esta vez iba en serio y era una de las formaciones más fuertes del Mundial. Y los jugadores también entendieron su papel por lo que llegaron a Potchefstroom lo suficientemente mentalizados para no verse superados por las circunstancias tan especiales que rodearon el campeonato.

¿Dónde estuvo la clave para ganar el Mundial?
–La Selección siempre creyó en sus posibilidades. Se perdió con Suiza el primer partido, llegaron las primeras críticas, se abrió el debate sobre la incompatibilidad de Xabi Alonso y Busquets, pero Del Bosque, fiel a sus ideas, no cambió nada. Mantuvo el bloque, confió en los mismos jugadores y éstos respondieron ante Honduras y Chile para sellar el pase a los cruces. Una vez conseguida la clasificación, el grupo creció en todos los aspectos. Y frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo, el equipo recobró plenamente el pulso futbolístico.

Paraguay, Alemania y... a la final ante Holanda.
–Con personalidad, buen juego, aunque sin llegar a la excelencia, pero con los criterios muy claros, «La Roja» fue quemando etapas en el torneo. Cayeron los paraguayos en cuartos de final, se eliminó a los germanos con el cabezazo de Puyol. Y se demostró que, con una buena defensa, apoyada, además, en la posesión de la pelota, el equipo estaba capacitado para superar cualquier obstáculo que apareciera.

El 11-J, fiesta nacional.
–Lo pidieron muchos españoles tras lograr el título. Habrá que pecar de forofo para exigir que el 11 de julio siempre sea festivo. El gol de Iniesta, en un país alicaído, fue la confirmación de la mayor gesta del fútbol español. ¿Irrepetible? No lo sabemos. Sabemos que España se echó a la calle para celebrar el triunfo. Y que hubo 23 héroes, comandados por Vicente del Bosque, que hicieron que la Selección entrara en la historia.

¿Fue más un triunfo colectivo o individual?
–Los goles de Villa, el de Iniesta en la prórroga de la final, la parada de Casillas a Robben, el esfuerzo de Busquets durante todo el campeonato, a pesar de las críticas que surgieron tras la derrota ante Suiza. Cada futbolista asumió su rol, pero es obligado quedarse con el juego colectivo. Con los pequeños imponiendo su ley en el centro del campo, con la filosofía de Del Bosque y con el extraordinario trabajo de toda la delegación –médicos, técnicos, utilleros, delegados, responsables de comunicación y hasta cocinero– se consiguió forjar un equipo campeón. Un año después –y pese a los dolorosos borrones en los amistosos ante Argentina y Portugal– «La Roja» camina con paso más que firme hacia la Eurocopa para defender el título logrado hace tres años ante Alemania. El comandante Del Bosque y su tropa tienen la palabra.