Murcia
Apaciguar no funciona
El dialogo suele ser la vía más adecuada para solucionar un conflicto entre dos partes, pero si una de ellas lo percibe como desistimiento de la otra, se envalentona y exige más y más. Esto es lo que ha sucedido con el cambio de nombre de la discoteca murciana La Meca, que con su minarete y cúpula azul tiene aspecto de mezquita. Un senegalés de fe musulmana se negó a trabajar allí como portero tras ver que en su interior había versos del Corán. La noticia corrió como la pólvora en el mundo musulmán, que ha utilizado esta anécdota como cadena de enganche en su particular cruzada contra España. El argumento, que el Corán prohíbe mencionar el nombre de Dios en vano.
El terror se ha instalado en el interior de los propietarios del local que, para solucionar el problema, entablaron conversaciones con las principales organizaciones musulmanas de Murcia. Pese a ello, las amenazas han ido creciendo hasta que la semana pasada un «hacker» pirateó la web oficial del local de ocio y exigió el inmediato cambio del nombre de la discoteca.
Finalmente, los dueños han desistido y tanto el nombre como el aspecto serán diferentes y, por supuesto, desaparecerá de su interior el texto del Corán. La decisión llena de buenas intenciones pretende evitar males mayores, pero la experiencia dice que con los radicales islamistas, como con cualquier terrorista, la política de apaciguamiento obtiene un resultado diferente al pretendido.
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