Barcelona
Dos ruedas sobre la crisis
Tomás Pérez dejó la seguridad de una multinacional, con un prometedor futuro, para crear una pyme en Valladolid y vivir su pasión: las motos.
Valladolid-Tomás Pérez, emprendedor y aficionado a las dos ruedas, se lió la manta a la cabeza hace menos de un año y decidió cambiar de vida. Con él iniciamos esta serie de reportajes, que publicaremos cada lunes, sobre los autónomos de Castilla y León.
Trabajaba en una multinacional con un buen sueldo, como mánager de un equipo de informáticos. «Era lo que había hecho toda la vida», asegura este ingeniero vallisoletano, quien reconoce que «puede chocar mucho, pero mi concepto del trabajo dista mucho del presente en España, donde lo normal es entrar en la fábrica con quince años y acabar jubilado en ella. Eso no era para mí, aunque entiendo que haya una cultura del miedo en torno a todo esto».
El avión por una ‘Harley'
Tomás sustituyó los viajes a Madrid, Lisboa, Asturias, Zaragoza o Barcelona, de lunes a sábado, por su gran pasión, las motos. Su objetivo: recuperar su vida en Valladolid. Lograr el nivel económico que tenía en su trabajo por cuenta ajena no será sencillo, pero está en el empeño. Y lo logrará.
Nos recibe en «Nook Bikes», su taller, situado en la Avenida de Gijón de Valladolid. La fotografía de su Harley Davidson customizada y un sofá con el emblema de la mítica marca americana saludan al cliente. Allí se trabaja con motocicletas clásicas y deportivas, donde se puede personalizar, comprar o realizar mantenimiento de una máquina. Éste es el fruto de ese cambio radical en la vida laboral de Tomás, que decide en 2011 ir contracorriente y, pese al delicado momento económico, lanzarse a la aventura emprendedora. «Estuve medio año preparando todo, y abrimos en julio de 2011», explica, a la par que lamenta que «aquí la ‘pyme' está muy mal tratada, porque se la exige lo mismo que a una gran compañía». En este sentido, abunda en que «todo son trabas».
Una idea que justifica argumentando que «el cumplimiento de las leyes para ciertas compañías es demasiado exigente, con lo que el nivel de inversión es altísimo». Al respecto, remarca que «empezar un negocio lleva demasiado tiempo, porque España es un país que no promueve en absoluto la creación de nueva empresa, y puedes encontrarte con hasta duplicidad de impuestos».
Tomás se confiesa autodidacta. «En Valladolid, me acercaba a un taller con mi Harley Davidson y prácticamente me apedreaban, por lo que tuve que aprender solito a disfrutar, modificar, cambiar y mantener mi moto». Algo que ha servido para abrir su negocio, en el que también están presentes un jefe de taller -otro ingeniero- y un mecánico. Los tres diseñan piezas y motos desde cero, tanto para circuitos como «streetfighter».
«Diseñamos nuestras piezas, aunque el día a día nos roba mucho tiempo, pero en lugar de comprar directamente algo y ponerlo sobre el vehículo y si no encaja devolverlo y comprar otro elemento, nosotros primero pensamos si podemos hacerlo y montarlo», explica, a la par que define este ‘plus' como «un trabajo entre artesanal y técnico».
Al respecto, Tomás lamenta otra de las dificultades burocráticas con las que en este medio año han tenido que topar alguna que otra vez: «se da mayor facilidad en España a la importación de piezas procedentes, por ejemplo, de una fábrica de Milwaukee, que a la homologación de piezas igualmente validas y fabricadas aquí, que podamos diseñar nosotros».
La disciplina, clave
«Nook Bikes» abrió en julio, quizás la época más «floja» en ventas cada año y ha seguido abierta en los meses de otoño e invierno, con lo que ello conlleva para los aficionados a las dos ruedas. Los próximos meses serán claves. Si bien, explica Tomás, «hemos sembrado y ya empezamos a recoger, porque se nos ve como un taller meticuloso, damos valor a cómo salen las motos, y tratamos de dar nuestro propio toque a las motos». Algo que, considera, «los clientes agradecen y reconocen».
En un producto tan específico como el presente en este taller, «antes no se miraba el precio, sino la calidad, pero ahora, si queremos mantener esa excelencia, se debe quitar de la factura. El esmero que ponemos, el tiempo de más que dedicamos no aparece en la factura», reconoce, a la par que indica que «eso es parte de la siembra».
De cerca
Tomás Pérez es ingeniero informático. Trabajó para la multinacional EDS, que se consolidó con Hewlett Packard. Anteriormente, durante el ‘boom' tecnológico de los años 90, inició su vida laboral en una pequeña empresa local de Valladolid. Su empeño emprendedor no surge con «Nook Bikes». También es propietario de una empresa de limpieza junto a otro socio. Su gran objetivo era ofrecer un producto diferente y de calidad profesional. Lo ha logrado. Y también, dejar apartada la maleta, con la que vivía a cuestas en su anterior trabajo. También lo ha conseguido.
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