Spas de lujo para las vacas

Madrid- Camas individuales de agua o de fieltro, almohadas, duchas reconfortantes, ventiladores, música clásica, sala de masajes... Aunque por la descripción podríamos estar hablando de un hotel de lujo, en realidad estas instalaciones pertenecen a una explotación ganadera de casi 190 hectáreas situada cerca de Guadarrama, en el municipio madrileño de Villanueva del Pardillo. Desde este lugar, la empresa familiar Priégola proporciona a través de sus 1.500 vacas más de 20.000 litros de leche al día que se reparte entre sus casi 5.000 clientes.

Un trabajo que da como resultado un producto de calidad envidiable gracias a lo que los expertos conocen como Cow Confort, esto es, prácticas aplicadas a explotaciones ganaderas que, aunque requieren de una gran inversión, favorecen a la larga el bienestar del animal y repercuten a medio plazo en la calidad de sus productos.

Julián Rodríguez, gerente de la ganadería, cree que la clave de su éxito está en los mimos que proporcionan a estos animales. «Igual los cuidados que les damos a nuestras vacas podrían parecerle a alguno un poco excesivos. No es así, ya que las vacas son animales que lo que le das, te lo devuelven corregido y aumentado».

Comfort por calidad
Esta empresa familiar, cuyo origen está en Suiza, fue una de las pioneras en España en aplicar estas prácticas, y por ello ha recibido la visita esta semana de la consejera madrileña de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Ana Isabel Mariño, que ha podido comprobar de primera mano las buenas prácticas de esta empresa. Para ello, controlan factores como la temperatura, la alimentación, o la salud de sus vacas, gracias a la especialización de cada trabajo que proporciona una atención especializada. Y es que, como afirma uno de los dueños, Nicolás Sieber, el confort es una condición imprescindible para la salud de las vacas y para que las mismas puedan producir leche de calidad.

Por ejemplo, para evitar que la temperatura de sus animales suba, en verano se utilizan ventiladores y aspersores. «El ganado vacuno soporta perfectamente temperaturas de hasta 20 grados bajo cero, pero empieza a sufrir si la temperatura sube por encima de los 22 grados centígrados», afirma Sieber. Por ello han instalados aspersores y ventiladores en las zonas de los comederos y de los cobertizos con camas individuales que se ponen en marcha cuando la temperatura supera los 22 grados. En cuanto al proceso de ordeño, este se realiza tres veces al día con música clásica de fondo. Después de cada ordeño, las vacas reciben una ducha que cuenta con masajeadores, y luego disponen de un espacio para caminar.

Mozart contra el estrés
Tal y como dice el refrán, es cierto que la música amansa a las fieras, y por eso desde Priególa utilizan los clásicos de Mozart para que sus vacas lleguen a la hora del ordeño con el punto justo de relax para que el proceso sea lo más natural posible. La técnica no es nueva, ya que fue un monje francés quien la aplicó en el XIX para que la calidad de la leche fuese mayor a la hora de ordeñar las vacas.