El ex edil Silva niega tener relación con su primo al que contrató en el IMD

El ex delegado de Juventud y Deportes, ex responsable de Instituto Municipal de Deportes (IMD) y ex presidente de la junta del Casco Antiguo Francisco Manuel Silva negó ayer ante la juez de Instrucción número 19, Ana Escribano, cualquier relación con su primo David Domínguez Silva, al defenderse de la imputación por la presunta adjudicación irregular de varios contratos a la empresa de su familiar, Arecon Eventos, quien previamente trabajó como asesor del ex edil de IU en el IMD. Silva dimitió en septiembre de 2008 tras conocerse la contratación de su madre en un centro deportivo del Consistorio.

El ex delegado admitió que «conoce a David Domínguez Silva porque es hijo de una hija de un hermano de su abuelo paterno», pero «no mantiene ninguna relación con su familia paterna a raíz del divorcio de sus padres en 1998 y, por lo tanto, no tiene una relación personal» con la persona que trabajaba –dentro de los puestos de libre designación– como asesor suyo y a cuya empresa adjudicó 44 contratos a dedo y seis convenios, por valor de 418.000 euros, de los que se someten a examen judicial cuatro. Pese a la supuesta falta de relación con su primo, éste acompañó a Silva en la cabalgata de Reyes, algo que el ex edil aseguró que no gestionó y que «desconocía de antemano quiénes iban en el séquito». El ex concejal manifestó que «IU contrató» a su primo como asesor «porque llevaba tiempo desarrollando su actividad como presidente de la junta rectora de Deportes de la zona de Pino Montano». Se le fichó «algo después» de su llegada al Consistorio.

Silva manifestó que el expediente de adjudicación relativo a la velá de Bellavista está exclusivamente firmado por él y no por el alcalde porque «era el responsable esos días como sustituto de la firma» de Torrijos, al estar ambos y la siguiente en la lista de IU, Josefa Medrano, de vacaciones. Sobre las observaciones realizadas por el viceinterventor relativas a otros expedientes, avisando del «incumplimiento de una serie de prescripciones técnicas», manifestó que las obvió porque «no era la opinión del declarante»; debido a que Intervención «tiene la costumbre de hacer estas observaciones» o a causa de que eran defectos «subsanables» en el caso de otros expedientes.

Silva admitió que trabaja como profesor de Derecho sin tener titulación para ello y declaró que «adjudicaba (a Arecon) si su oferta era la mejor», aunque admitió que en distintos expedientes conocía los informes negativos.