Sevilla

La huelga en el campo retrasó la cosecha y no acabó con los «abusos»

A finales de octubre, el campo sevillano vivió varias jornadas de una huelga general que fue seguida con una incidencia dispar. El primer día obtuvo un mayoritario respaldo de los trabajadores, pero éste se fue difuminando con el paso de las jornadas. Como suele ocurrir en estos casos, los convocantes calificaron el apoyo al paro de exitoso. Para la patronal, no obstante, su seguimiento fue marginal.

La recolección de la naranja se vio retrasada en la comarca de La Vega por la actuación de los piquetes
La recolección de la naranja se vio retrasada en la comarca de La Vega por la actuación de los piqueteslarazon

Más de un mes después de esta huelga indefinida en el campo sevillano, que perturbó en parte la recolección de los cítricos, especialmente en la comarca de La Vega, los problemas laborales que afectan al sector se han solucionado «sólo en parte», admiten responsables del sector agrario en CC OO de Sevilla, el sindicato más beligerante durante la pasadas jornadas de paro en las explotaciones de la provincia.

Los males que aquejan las relaciones laborales en el campo son «antiguos», pero se han «recrudecido» con la crisis. El sector primario se ha convertido en un «refugio a medias» dado el crecimiento de la tasa de desempleo en la provincia. «Se sigue trabajando mucho, se paga mal y hay casos donde se violentan directamente no ya los derechos laborales, sino los derechos fundamentales de los trabajadores», lamentan desde Comisiones Obreras.

Durante las jornadas de huelga, los piquetes entraron en fincas y explotaciones e impidieron que se faenara durante varias horas, e incluso días. También protagonizaron unas jornadas de brazos caídos en las cooperativas de almacenamiento y distribución que dominan el paisaje rural sevillano. Denunciaban que no se cumple el convenio colectivo 2009-10 y que los empresarios agrícolas «juegan con la necesidad de la gente que necesita del campo para trabajar».

En el sindicato ponen como ejemplo de la actual situación lo ocurrido en una finca de Brenes. Más de un centenar de jornaleros trabajaba por un salario inferior al estipulado por convenio. Sólo la denuncia de los representantes de los trabajadores elevada ante la Inspección de Trabajo motivó que «se normalizaran» las retribuciones de 21 de estos trabajadores, a los que a pesar de todo aún se les adeuda una media de 480 euros en concepto de «salarios atrasados». El resto de las nóminas a la totalidad de la plantilla se ha abonado en la primera semana de diciembre.

«Se violenta la legalidad»

«En el campo sevillano existe una situación de abuso laboral» y «se violenta sistemáticamente la legalidad y el estatuto de los trabajadores», denuncian las secciones sindicales agrarias de UGT y Comisiones Obreras, que especifican que los trabajadores realizan sus tareas en unas condiciones laborales muy precarias, «sin estar dados de alta en la Seguridad Social y sin que se respete el convenio colectivo tanto en salarios como en jornadas de trabajo». La detección de estos «abusos empresariales», cometidos sobre todo con extranjeros y que no tienen trabajo ni cobran prestaciones, «ha ido en aumento debido a la crisis económica», denuncian los sindicatos.

Por su parte, la patronal Asaja recuerda que la recolección del arroz y del algodón, la aceituna de verdeo y de los cítricos se desarrolló «con toda normalidad», aunque reconoce que la acción de los piquetes retrasó la recogida de la naranja en La Vega.

Tras señalar que los paros de finales de octubre constituyeron una «huelga artificial», Asaja subraya que el campo es uno de los pocos sectores económicos que tiene un convenio en vigor y que, entre otros cosas, «garantiza el incremento anual del poder adquisitivo de los trabajadores en una época de contención en la que en otros sectores los salarios están congelados».

Después de denunciar que los sindicatos recurrieron a las «calumnias» contra los empresarios agrícolas, la patronal ha mostrado su satisfacción por la «incapacidad» por esas mismas centrales para «instrumentalizar» a los trabajadores del campo.

«El convenio del campo de Sevilla es el más progresista de cuantos se han firmado en el campo español», señalan desde Asaja, además de matizar que se trata de un acuerdo suscrito por cuatro años –actualmente cumple el tercer año de vigencia– «en el que los sindicatos y los empresarios cuentan con instrumentos menos drásticos y perjudiciales que la huelga para denunciar los posibles incumplimientos».