José Bretón la declaración de las mil preguntas

SEVILLA- José Bretón llegó ayer pasadas las nueve de la mañana a la Audiencia de Córdoba en un furgón policial que fue «asaltado» por familiares y allegados maternos de sus hijos Ruth y José, desaparecidos el pasado 8 de octubre, quienes lo increparon mientras golpeaban el vehículo. El juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, había citado a declarar al único imputado en el caso por tercera vez, lo que provocó su salida de la prisión de Alcolea, donde permanece desde el pasado 21 de octubre.

Pero no fue el único en desfilar por el juzgado entre muestras de ira desatada del entorno de la madre de los niños, Ruth Ortiz. Los abuelos, Bartolomé Bretón y Antonia Gómez, y los tíos paternos de los niños también comparecieron ante el magistrado por la mañana. Todos fueron recibidos con gritos y acusaciones de ocultar datos sobre los menores de los que no hay rastro. De hecho, el taxi en el que los padres de Bretón abandonaron la Audiencia al mediodía fue objeto incluso de patadas, y el que utilizaron la hermana del imputado, Catalina, y su marido fue despedido por la tarde entre insultos. La agitación fue de nuevo la nota predominante en el momento en el que Rafael Bretón, el hermano del acusado, abandonó las dependencias judiciales sobre las 18:45 horas. Fue increpado e incluso agredido por los congregados en las cercanías de la Audiencia.

Imprecisiones
Dentro permanecía el Bretón que ha puesto en jaque a la Policía. Es la tercera vez que el padre de los niños desaparecidos declara ante Rodríguez Lainz, quien ha puesto de manifiesto en los autos las numerosas imprecisiones de la versión del ex militar sobre lo sucedido con sus hijos. No cree que los perdiera en el parque Cruz Conde. De hecho, apoyándose en los rastreos de los móviles y las imágenes de diversas cámaras de videovigilancia, considera que ni siquiera llegaron a ese punto de la capital cordobesa.

En cambio, otro cuadrante del mapa de la ciudad sí ha centrado buena parte de la investigación policial: la finca de Las Quemadillas, propiedad de los padres de Bretón, donde éste asegura que estuvo con los pequeños Ruth y José la mañana de la jornada en la que se volatilizaron. El inmueble ha sido casi desmantelado por los agentes y registrado, como la parcela, en múltiples ocasiones. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, el juez tenía la intención de preguntar ayer a los familiares de Bretón, entre otras cuestiones, por unas supuestas obras que éste habría realizado en la finca días antes del fatídico 8 de octubre. Fuentes policiales apuntan un motivo: descartar que exista un zulo que han buscado sin éxito.

Otro de los extremos que trató de aclarar Rodríguez Lainz, tras el levantamiento del secreto de sumario y a la espera de que el fiscal redacte su escrito de calificación, es dónde, cuándo y qué comieron los menores antes de desplazarse supuestamente con su padre a Las Quemadillas. Asunto sobre el que los familiares paternos han aportado distintos relatos.

Pasadas las 19:15 horas le tocó el turno al propio Bretón, tras ser sacado de los calabozos de la Audiencia, donde sintió pasar los minutos de la extensa jornada, en la que se formularon «más de mil preguntas», según aseguró a este diario su abogado, José María Sánchez de Puerta, que, tras el careo de más de tres horas, explicó que no sabía «si esta comparecencia tendrá efectos positivos o negativos» sobre el proceso que vive su cliente y se limitó a decir que esperará a «los resultados y sobre todo lo que queda de las declaraciones» de hoy y mañana, días en los que «también hay mucha tela que cortar todavía».

Sánchez de Puerta ha interpuesto varios recursos pidiendo la libertad de su representado, al entender que no existen pruebas contundentes contra él, pero, de momento, el juez se niega a dejarlo en libertad y los ha rechazado. Por su parte, la abogada de Ruth Ortiz, María del Reposo Carrero, tampoco quiso valorar la maratoniana jornada, pero confesó no esperar «nada» de la nueva ronda de declaraciones.

Su cliente ha lamentado en público el más de medio año de agonía que ha vivido sin sus hijos y admitió que ya no espera nada de Bretón y los suyos. Ortiz ha iniciado un proceso de divorcio del que fuera su marido, ahora acusado de un delito de detención ilegal por desaparición de los dos hijos comunes y otro de simulación de delito. Bretón sabe que saldrá de prisión con el divorcio consumado, justo el motivo por el que, según fuentes próximas a Ruth, inició «esta macabra venganza contra ella usando a los pequeños».

Está previsto que hoy comparezcan ante el magistrado funcionarios del centro penitenciario de Alcolea y reclusos que han acompañado al imputado durante los más de seis meses que ha permanecido encerrado. Mañana acaparará la atención a su entrada a la Audiencia la familia materna de los niños y amigos de ésta de Huelva y Córdoba.