España al borde del estancamiento

Según las previsiones presentadas ayer por la Comisión Europea, en los dos últimos trimestres del año el PIB apenas si crecerá un 0,1% en cada uno de ellos, lo que deja en un ejercicio de voluntarismo inalcanzable la previsión de crecimiento del Gobierno para este año del 1,3%.

Lo peor es que, con el barco zozobrando, la tripulación apenas si puede hacer otra cosa que achicar agua. Como explicó el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, España no dispone de margen para nuevos estímulos que reactiven su economía y debe circunscribirse a perseverar en el ajuste fiscal, es decir, recortar los gastos y aumentar los ingresos, sin excluir la posibilidad de que tenga que acometer más ajustes.

Con el parón, España se aleja cada vez más de los socios europeos más poderosos. Su 0,8% de expansión contrasta con el 2,9% que experimentará Alemania o el 1,6% de Francia, aunque también resulta significativo que vaya a crecer más que Italia, que, con la presión de los mercados, apenas avanzará un 0,7%. En conjunto, la eurozona también verá frenado en seco su crecimiento en la parte final de año, pues apenas avanzará un 0,2% en el tercer trimestre y un 0,1% en el último, si bien el buen comportamiento de principios de año permitirá que la zona euro cierre el año con el avance previsto del 1,6 por ciento.

Olli Rehn insistió en descartar que Europa esté a las puertas de una nueva recesión, si bien el informe de la comisión no la excluye, aunque matiza que se trata de una posibilidad bastante «improbable».