Sevilla

Braveheart en El Palmar por Lucas Haurie

La Razón
La RazónLa Razón

Artur Mas no es el único. El alcalde pedáneo de El Palmar de Troya, Juan Carlos González, plantea una secesión del municipio de Utrera. Cuando toda España busca la fórmula para reducir, mediante fusiones, la formidable cifra de ayuntamientos (más de 8.000) que lastran nuestras finanzas públicas, este fulano busca la escisión como Clemente Domínguez se separó de la Iglesia Católica previa excomunión del Papa y toda la curia. Es de desear que no tenga secuestrado a ningún obispo vietnamita chocho porque ya sabemos, desde Enrique VIII, cómo terminan las historias cuando los gobernantes terrenales se ponen al frente de una secta religiosa. A lo peor, se autoproclama emperador y él mismo se corona, como Napoleón pero sin un David que lo pinte. «Me voy a Sevilla inmediatamente / mi chica es devota del Papa Clemente / vestida de negro hasta los tobillos / contempla orgullosa su look tridentino». Viene al caso recordar esta letrilla porque su autoría corresponde al grupo gallego Siniestro Total, que es precisamente el estado al que han reducido a nuestra democracia los políticos irresponsables que antes de renunciar a la mamandurria provocarían un conflicto civil. ¿Qué harían los quince mil parientes de Artur Mas enchufados en la Generalidad si se racionalizasen sus competencias y sus cuentas? ¿De qué vivirá Juan Carlos González cuando, en cumplimiento de la ley, se erradique la Entidad Local Autónoma que gobierna? Antes caudillo contra los opresores utreranos que buscarse un trabajo.