Carlos Floriano: El discreto extremeño

Pasó la travesía del desierto en Extremadura. Pero Carlos Floriano, un hombre afable y muy discreto, supo acercarse a quien debía: Cospedal, en el partido, y sobre todo, Saénz de Santamaría, en el grupo parlamentario. En la pasada legislatura, hizo una buena labor en la sombra en el Congreso, y ejerció, a la vez, como número dos de González Pons. Es la suya la recuperación de un hombre que supo perder un día, y se ofreció después a la secretaria general. Sin ninguna vanidad, le gustan los textos de San Agustín y perderse por los aledaños de Monfrague, la tierra que le vio nacer. Ahora, Floriano «aflora», nunca mejor dicho, a número tres del partido.