Financiación autonómica

«Vara no me va a dejar ni alfombras que levantar»

A diferencia de otros candidatos del PP que le precedieron, tiene un perfil que va bien con la tierra; prefiere las arengas en la plaza del pueblo con preguntas de los paisanos a los mítines; es un «canterano» que empezó pegando carteles en las juventudes de su partido con 19 años; está «pillado» con la fotografía y para dar la pelea en un feudo tan difícil como el extremeño hay que reconocerle que tiene más moral que el Alcoyano.

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Si no gobierna no quiere irse, pero se someterá a lo que decida su partido.

–¿Se ve con la fuerza necesaria para vencer a una coalición PSOE-IU?
–En ello estamos. Yo le propuse al candidato socialista que gobernara la lista más votada y su respuesta fue un «no» rotundo.

–Muy complicado entonces lo tiene, ¿no?
–La situación electoral del PSOE no es nada buena. Ellos sabrán a qué pactos están dispuestos a llegar y para hacer qué políticas. Yo aspiro a conseguir la mayoría necesaria para no depender de ninguna hipoteca.

–¿Qué le ofrece usted a los extremeños que no les pueda dar el PSOE?
–Un cambio después de 28 años de Gobierno socialista y una política muy distinta a la que se ha venido practicando hasta ahora.

–¿Que se traduce en...?
–En tomar como principio de cabecera la regla de la austeridad y en acabar con la fractura entre los míos, los que me votan y los que no son los míos, los que no me votan. El PSOE ha etiquetado así al pueblo extremeño, jugando a dividir en vez de a unir. Yo ofrezco un proyecto para todos y políticas para hacer frente a una de nuestras grandes asignaturas pendientes, ese 25 por ciento de paro que lastra nuestro crecimiento y que nos coloca a la cola del resto de comunidades autónomas.

–¿Usted diría que en Extremadura hay un problema de caciquismo, de red clientelar y de cultura de la subvención que hay que atacar de raíz y sin contemplaciones?
–Más bien hay un problema de falta de libertad y de falta de oxígeno. El Gobierno extremeño lo toca todo y todo lo abarca. Por eso hace falta abrir las ventanas y que entre aire fresco. La sociedad extremeña es una sociedad de currantes; el problema es que aquí no ha habido nunca un buen gobierno capaz de establecer las condiciones económicas y políticas que favoreciesen la creación de empleo.

–¿Levantará las alfombras si llega a la Junta?
–No creo que me dejen ni alfombras. Hoy hay una deuda de 1.747 millones de euros, mil millones más que hace cuatro años. Y estoy seguro de que hay un cajón con facturas y muchos créditos no reconocidos. Estoy todos los días por los pueblos y tengo información de primera mano de cómo se las están gastando.

–Por cierto, ¿apoyaría que se suprimiesen ayuntamientos para reducir costes del modelo territorial?
–Sin duda hace falta una reforma del modelo autonómico para que deje de haber varias administraciones haciendo lo mismo. Una función, una administración, y mientras no vayamos por ese camino las cosas no van a funcionar. Le pongo un ejemplo: en turismo, está la promoción que hace el ayuntamiento; la mancomunidad que lo apoya; la diputación y el Gobierno extremeño que hacen lo mismo... Y si encima se trata de un enclave de referencia nacional, también el Gobierno de España le dedica recursos. Cada Administración tiene que tener bien delimitadas las funciones y cualquier otra cosa es, simplemente, despilfarro.

–Usted, como presidente de la Junta de Extremadura, ¿estaría dispuesto a renunciar al ejercicio de algunas competencias en aras de una mayor eficacia y de una mejor administración del gasto público?
–Creo que es necesario que se abra un diálogo entre todas las comunidades autónomas para corregir las disfunciones que nos han llevado a que haya 17 modelos educativos y 17 modelos sanitarios, por ejemplo. 

–Pero para eso tendrá que haber alguien que dirija el proceso, y que lo imponga incluso si al final, como es previsible, no hubiese acuerdo entre todas las comunidades.
–Bueno, justo acabamos de llegar a un acuerdo varias comunidades autónomas sobre licencias de pesca. Y yo me pregunto cómo es posible que nos pongamos de acuerdo en eso, que no digo que no sea importante, y no lo hagamos para tener una cartera de servicios sanitarios universal. No tiene sentido que haya diferencias interterritoriales en prestaciones sanitarias o en la educación que reciben nuestros hijos.

–¿Quiere para su tierra lo mismo que tiene Cataluña?
–Es un sueño inalcanzable. El Estatuto de Cataluña ha hecho mucho daño al modelo autonómico porque ha consagrado el principio de que lo mío es mío y de lo de los demás, ya hablaremos. El Estatuto de Cataluña ha roto el principio de solidaridad y de vertebración. Y hoy lo que sería de justicia, es decir, que cualquier comunidad tenga lo mismo que tiene Cataluña, es imposible. No hay ingresos para sostener ese modelo.

–¿Resignado?
–No, resignado en absoluto. Llevo tiempo defendiendo que hay que reformar el modelo autonómico de financiación. El actual sistema es profundamente injusto porque prima la población y discrimina, sin embargo, a otras comunidades, como Extremadura, que han ido perdiendo población por factores variopintos, emigración envejecimiento...

–¿Cuál será su primera medida de gobierno si gana?
–Reducir a la mitad los altos cargos y el personal de libre designación. Ya he dicho, además, que no estaré más de ocho años de presidente de la Junta si los extremeños quieren. Y ésta es una promesa firme e inamovible, visto lo que ha traído la era socialista.

–¿Qué le parece que Bildu esté en las elecciones?
–No me gusta nada. El Tribunal Constitucional ha tomado una decisión que respeto, pero que no comparto en absoluto. Para el propio Tribunal Constitucional ha sido muy difícil explicar por qué ha corregido la decisión adoptada por el Tribunal Supremo. Hay unos votos particulares muy bien explicados. Y, al final, lo importante es que los ciudadanos de a pie –que no tienen por qué saber nada de Derecho– no tienen ninguna duda de que Bildu es ETA y no entienden por qué hay instancias jurídicas que parece que no quieren ver lo que todo el mundo ve con claridad meridiana.

–¿Cree que ha habido presiones e injerencias políticas en la decisión adoptada por el Constitucional?
–No tengo pruebas en las que fundamentar una afirmación de este tipo. Ahora bien, si de verdad se quiere evitar que ETA-Batasuna esté en las elecciones, todavía hay trabajo por hacer y el Gobierno, a través de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, puede demostrar que no va de farol en su discurso de que Batasuna no debe volver a las instituciones.