Castilla y León

Clamorosa manifestación de Fe de los vallisoletanos en el día de su patrona

Encendida defensa de la vida del arzobispo Blázquez y del derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario.

Miguel Alejo, Ramiro Ruiz Medrano y Cecilio Vadillo escuchan la homilía
Miguel Alejo, Ramiro Ruiz Medrano y Cecilio Vadillo escuchan la homilíalarazon

Valladolid- Miles de personas en la calle. La Catedral completamente abarrotada. La festividad de Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de Valladolid, se convirtió en una clamorosa manifestación de Fe. Ya durante la madrugada anterior una multitud de jóvenes habían participado en la Iglesia Parroquial de San Lorenzo en una vigilia dedicada a la Virgen. Y habían llegado cientos de ofrendas florales de instituciones y particulares.

Ricardo Blázquez, en su primera homilía como arzobispo de Valladolid con motivo de estas fiestas, habló alto y claro, a pesar del tono moderado de su voz: «El aborto no es ni humano, ni humanista, ni humanizador y nadie tiene derecho a suprimir una vida en gestación. ¿Por qué será que cuesta tanto adoptar y tampoco abortar?». Monseñor Blázquez recordó que «todos hemos sido alguna vez embriones, incluso Cristo y su Santísima Madre» y se preguntó qué habría sido de nosotros si nuestros padres no nos hubieran deseado, esperado, amado antes de nacer y acompañado en nuestros primeros pasos. En medio de un absoluto silencio, el arzobispo de Valladolid, defendió el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario en defensa de la vida cuando se planeta situaciones que tienen que ver con el aborto y la eutanasia. La celebración eucarística estuvo también presidida por la preocupación por las familias que padecen por falta de trabajo y por el llamamiento a los jóvenes a defender la verdad y no dejarse engañar por cantos de sirena.

Y hubo preces por los enfermos y por los que más mandan, para que vean y sirvan a quienes les han dado su confianza.


« Yo también soy creyente»
La anécdota de este día festivo surgió a las puertas de la Catedral de Valladolid, cuando una señora increpó al delegado del Gobierno de España en Castilla y León con estas palabras: «Para qué venís, si no creéis en esto».

Con una sonrisa en los labios Miguel Alejo le respondió: «Señora, yo también soy creyente». Replicó ésta y entonces el delegado del Gobierno de España en esta Comunidad volvió a responderle de nuevo a su interlocutora: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra».