Muere Íñigo de Arteaga en un accidente aéreo

El marqués de Távara perdió la vida el domingo por la tarde al estrellarse la avioneta que pilotaba cerca de San Pablo de los Montes, en Toledo. Íñigo de Arteaga del Alcázar, de 43 años, regresaba a un aeródromo particular de dicha provincia desde Sevilla, después de acudir a la boda de Sofía de la Cierva. Le acompañaban el empresario Gonzalo Lapique –primo de Cari Lapique– y una joven de 21 años, que también fallecieron en el acto. El hijo del duque del Infantado y marqués de Santillana era un piloto experimentado en el manejo de este tipo de aeronaves, por lo que tanto la Policía Judicial como la Aviación Civil han abierto una investigación para averiguar las causas por las que el aparato se precipitó contra el suelo.

El marqués pertenecía a una de las familias más importantes de la aristocracia española, con cinco siglos de historia, a la que pertenecía junto a sus cuatro hermanos: Iván, Ana, Carla y la escritora Almudena de Arteaga. Se graduó en Madrid en Ciencias Económicas y Empresariales y trabajó durante 11 años en Londres. Desde que volvió a España gestionó el patrimonio de su familia, con propiedades en todo el país, algunas tan emblemáticas como el palacio del Infantado en Guadalajara o el de Lazcano en Guipúzcoa, y los castillos de Manzanares del Real en Madrid, Calahorra en Granada, y el de la Monclova en Sevilla. Durante toda su vida se preparó para heredar uno de los títulos más antiguos, el Ducado del Infantado, creado por los Reyes Católicos en 1475 para la casa de Mendoza. A pesar de que era uno de los solteros de oro de la aristocracia española, a Íñigo de Arteaga se le conocieron pocas parejas sentimentales, entre las que se incluye la modelo Eugenia Silva.