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«La TV es la culpable de que los modales se hayan perdido»

Doce chicos y chicas chicas y chicos se someterán desde el próximo jueves a un completo proceso de aprendizaje para refinar sus modales y mejorar sus cualidades para comportarse en sociedad. Ése es el reto de «Las joyas de la corona», el nuevo reality de Telecinco que presentará cada semana Jordi González y en el que Carmen Lomana.

«La TV es la culpable de que los modales se hayan perdido»
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Tras su triunfal paso por «Más que baile», ejercerá de directora de la escuela de estilo en la que se intentará formar a los concursantes en materias como cultura general, actualidad, buenas maneras, protocolo, oratoria, locución, estilismo, cocina y hasta en actividades deportivas. –Con tantas cosas como van a enseñar en su academia uno no sabe si buscan educar o crear el chico/a perfecto...–De perfección nada, porque es muy aburrida y además no existe. Lo único que vamos a intentar es ayudar a unas personas que no han tenido la oportunidad de sacar hasta ahora el máximo partido de ellos. Mostrarles cómo saber estar y cómo comportarse en la sociedad y en la vida. –¿Se han buscado «desechos humanos» o gente ya algo preparada?–De desechos nada de nada. Los chicos tienen valores humanos y van a estar muy a gusto, porque son gente muy preparada, que tienen valores, que trabajan, que tienen un «background», no son «ni-ni», gente que no hace nada. Yo ya he conocido a las chicas y me han sorprendido, son gente estupenda, y supongo que los chicos serán parecidos. –Vamos, que ellas no son más belenes esteban.–En absoluto. No he conocido a ninguna de ese estilo, aquí no hay nada de ordinariez, son gente que quiere superarse, sacar adelante a su familia o a sus hijos.–Además de dirigir, ¿va a darles clases de algo?–Yo les marcaré las pautas a los profesores y hablaré con los chicos, que me podrán contar sus problemas, qué les gusta y qué no, porque tienen que tener un espíritu crítico, no ser chicos cursis. Quiero que el programa sea muy «cool», muy divertido.–¿El equipo lo ha elegido usted?–No, yo no he tenido nada que ver en la elección de los cuatro profesores, ahí no tengo responsabilidad, aunque estoy encantada con Bárbara de Senillosa.–¿Qué cree que es más necesario para estos jóvenes, cultura general o estilismo o protocolo?–Ante todo deben tener una cultura general, pero también deben saber qué es lo que no deben hacer, qué queda fatal si se dice en público o qué no deben llevar, como los pearcing, al menos los que se ven, por lo que sería aconsejable que se los quitaran. Eso sí, intentaremos depurarles el estilismo, pero no vestirlos como viejos, porque no queremos que se rían de ellos cuando vayan a sus barrios. También es importante enseñarles cómo presentarse en público, cómo servir una mesa, cómo recibir a alguien en tu casa... –¿Los españoles tenemos por lo general buenos modales?–Antes los teníamos, pero ahora los hemos perdido por culpa de la TV. En nuestro país hay por lo general un vocabulario horrible, en parte por la TV. Una televisión basura como la que se hace muchas veces trae estos problemas, porque la gente ve como lo más normal del mundo el hablar mal. En España se está perdiendo la capacidad del manejo del lenguaje, y por eso también les vamos a inculcar a nuestros chicos el amor por la cultura, llevándoles por ejemplo a un museo acompañados por Juan Luna, una de las personas más cultas que existen.–¿Hay que ser rico para ser educado?–No tiene nada que ver una cosa con otra. A veces los que más dinero tienen son los peor educados. Por ejemplo, esos rusos ricos que van por ahí con botellas de champán son la gente más soez y peor educada que hay. La gente del campo, por contra, siempre había tenido una dignidad y un saber estar muy digno, y eso también se está perdiendo. –Personalmente, usted no para. ¿El trabajar en TV, como el dinero, conlleva que cuanto más se tiene más se quiere?–Tampoco es que esté todo el día en TV. A mí me han ofrecido montones de proyectos y he dicho que no. Yo tengo un contrato con Telecinco, pero en él se indica que no iba a hacer lo que no me gustara. –El baile parece que se le da bien...–En «Más que baile» me lo pasé genial, fue una experiencia única y la verdad es que me ha dado una popularidad que me tiene sorprendida. De todas formas, yo tengo también mi vida, mis amigos, y no quiero perder todo eso. –¿Le gustaría participar en un programa como «Mujeres ricas»?–Es un programa que sin haberlo visto me espanta, porque a la mayoría las conozco personalmente. Más que de ricas todas tienen pintas de baratas, histriónicas. Dan sensación de todo menos de ricas. –Usted tampoco es que haya recibido siempre críticas muy buenas...–Ya sé que me han llamado de todo, desde frívola a vaga, millonaria, que si me paso todo el día de tiendas. Todo eso es una estupidez, porque soy una mujer muy trabajadora, que siempre ha trabajado.