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Otra tomadura de pelo por Carmen Gurruchaga

La Razón
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La subvención concedida por el Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por Bildu, a una productora para rodar un documental sobre los presos de ETA, se suma al disparate acaecido en las fiestas de Andoain donde los simpatizantes de la izquierda abertzale proponían a los viandantes hacerse una foto con la cara de un etarra, al módico precio de un euro.
Históricamente, el brazo político de ETA siempre se ha movido en el filo de la navaja, con el fin de burlar la Ley. Y lo peor es que sus brillantes abogados, cuya única misión a jornada completa era y es buscar los resquicios que dejaba y deja la legislación, siempre lo lograron, lo que les otorgaba una insultante impunidad. Pues pese a que sus pronunciamientos, acciones y manifestaciones transmitían la certeza de su vinculación con ETA, no estuvo tipificado hasta que se aprobó y se aplicó la Ley de Partidos, que actualmente se halla en paradero desconocido. Pero, en cualquier caso, ya es igual pues de nuevo han conseguido ir un paso por delante de los demócratas. La tramposa redacción de los estatutos de Sortu, elaborados por el histórico Iñigo Iruin y la manga ancha de seis miembros del Constitucional permitieron su legalización. Ahora, el Ministerio del Interior puede instar a la Fiscalía a la ilegalización de Bildu por enaltecer el terrorismo tanto en Donostia como en Andoain, pero no tendría ninguna consecuencia política para la izquierda abertzale en el improbable caso de que el procedimiento judicial llegara a buen fin. Porque los concejales en ningún caso dejarían de ser cargos electos, de la misma manera que sucedió en el Parlamento de Vitoria cuando la Justicia ilegalizó las siglas que en ese momento representaban políticamente a la izquierda abertzale. En Madrid está Amaiur y para las autonómicas vascas tienen a Sortu.