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«Me gusta el Marlboro y el gintonic de Beefeater»

La Razón
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SEVILLA- Cuando el interrogatorio de 15 horas de la juez llegaba a su recta final y pese a preguntarle la magistrada por uno de los asuntos más polémicos, las risas tomaron la sala. Alaya inquirió al ex director general de Trabajo y Seguridad si era alcohólico y si consumía cocaína. Guerrero dijo que no es alcohólico ni cocainómano. «Nunca he comprado cocaína». Lo que no ocultó fue su gusto por «el Marlboro y el gintonic de Beefeater». «Suelo tomar algún gintonic al día de postre y algún día otro por la tarde». Ni siquiera la juez Mercedes Alaya, siempre con el gesto contenido, aguantó la risa, según aseguraron a este periódico fuentes presentes en el interrogatorio.

En este sentido, dijo que tras salir de trabajar o de alguna reunión él y el que fuera su chófer, Juan Francisco Trujillo, se iban a algún pub, como Caramelo, «a tomar una copa». El chófer se tomaba «un refresco o una coca-cola» y le invitaba a menudo el propio Guerrero.

El telón de fondo son los 1,3 millones de euros que el ex chófer de Guerrero recibió de ayudas del «fondo de reptiles», parte de los cuales, dijo en un juzgado del municipio jiennense de Andújar, haber empleado en copas, fiestas y cocaína junto al que entonces era su jefe. Para el ex alto cargo de la Consejería de Empleo se trata de una «vendetta» personal, debido a que fue él mismo el que propuso que lo despidieran debido a incumplimientos laborales. «Incumplía aspectos como la higiene, la indumentaria o los horarios» y el motivo último fue una «baja ficticia», recoge Europa Press. Aludió a que «haya alguna persona interesada en echar más mierda sobre mí», aunque eludió dar nombres. Lo que sí recordó es que a Trujillo siempre lo trató «como a un hijo».

La coartada, en cualquier caso, sobre las ayudas recibidas por el que fuera su chófer es difícil de encajar. Guerrero volvió a repetir el argumento que esgrimió ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Es decir, que no sabía que las empresas Lógica Estratégica Empresarial e Iniciativas Turísticas Sierra Morena eran de su socio. La tesis de Guerrero es que quien presentó la solicitud fue Isidoro Ruz Espigares, que también recibió una subvención de 450.000 euros para una granja de pollos que nunca llegó a ponerse en marcha. Negó, asimismo, haber recibido regalos y los 60.000 euros que su ex chófer dijo haberle entregado como agradecimiento por las subvenciones recibidas. La defensa del principal imputado ya anunció hace un mes que se querrellaría contra él por «injurias y calumnias» por este motivo. «No he cogido nunca un euro a nadie en mi vida». «Trujillo es igual de hábil para no hablar que para engañar». También reprendió al presidente de la Diputación de Sevilla por llamarlo «cocainómano, putero y alcohólico».