Un novelista renovador por Joaquín ARNÁIZ

El «boom» de la novela latinoamericana, impulsado sobre todo desde el mundo editorial barcelonés (Barral y colegas), fue el papirotazo que necesitaba la literatura española para liberarse de un lenguaje encorsetado y decimonónico. Pero, como todos los aleluyas, también tenía sus peligros, fundamentalmente la repetición en «tics» y la dependencia del modelo sonajero. Pero en 1975, un barcelonés publica «La verdad sobre el caso Savolta». La descripción de las luchas sindicales en la Cataluña de principios del siglo XX está servida por un lenguaje deudor de los mecanismos lingüísticos del «boom» y, sobre todo, de un gran talento para hacer verosímil lo inverosímil. Mendoza, Marsé, Vázquez Montalbán, Terenci… iban a demostrar que se podía ser moderno escribiendo en España y desde España.
Mendoza publicará en 1986 una de las novelas fundamentales de la narrativa hispánica de finales de siglo: «La ciudad de los prodigios», donde se muestran los cambios sociales y físicos de la Barcelona que renació entre las dos Exposiciones Universales. Sin la viveza, la mezcla de estilos, la unión de lo gótico, lo realista y lo histórico que aquí consiguió, no se entiende la actual fusión entre lo fantástico, lo naturalista y lo histórico que caracteriza parte de la narrativa hispánica actual. De Mendoza, nuevo Premio Planeta, podrían decirse muchas cosas, pero, esencialmente, creo, bastaría con afirmar una sola: su Planeta ya estaba ganado y bien ganado hace muchos años. Ahora, tocaba la rúbrica.

Joaquín ARNÁIZ