Despidos

Queremos saber toda la verdad

La Razón
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E l necio e injustificado ataque de la UGT a la compañía Frutas El Ciruelo S.L. y a sus cerca de mil trabajadores define el talante de esta central obrera que, dicho sea de paso, carece de representación en el comité de empresa y, lo que es peor aún si cabe, es que pone al descubierto las intenciones del sindicato en posibles actuaciones futuras, una organización devenida en clara «correa de trasmisión» del PSRM-PSOE. Si grave es que un ataque así se haya urdido con gran desprecio hacia los trabajadores, peor aún es que todo ello se haya perpetrado en base a un posible montaje, como el de la foto en la que una trabajadora aparece portando del cuello un cartel con la lectura «lavabo». Está claro que se ha pretendido hacer un daño irreparable a la empresa y a los trabajadores, al reflejarse el caso en todos los medios de comunicación de ámbito nacional, excepción hecha de LA RAZÓN que desde el primer momento mostró una prudencia exquisita. El mal ya está hecho y ahora lo que nos urge es que se acoten este tipo de prácticas sindicales, porque de no hacerlo la vía de agua habría encontrado el camino a seguir. Es el momento de decir basta y por eso, ayer los consejeros Sotoca y Ballesta adelantaron su intención de investigar el asunto por si hubiera que proceder contra los difamadores. Es del todo intolerable que esto suceda y la Administración no puede pasarlo por alto. Es del todo inaceptable que se vulneren las más elementales prácticas de respeto al juego limpio, especialmente en estos tiempos difíciles donde mantener una empresa en pie y mil puestos de trabajo es una auténtica hazaña. Queremos saber la verdad, toda la verdad, porque este tipo de situaciones sólo tienen lugar en el matonismo de algunas repúblicas bananeras, y hoy ni siquiera eso. La UGT también debería dar la cara y evitar que el buen trabajo de muchos sindicalistas quede enturbiado por la acción irresponsable de cuatro descerebrados.