Arquitectura
A cada uno lo suyo por Iñaki Zaragüeta
Algunos no quieren enterarse de que la Ciudad de las Artes y las Ciencias resulta más que rentable para Valencia. Antes de su construcción, la ciudad era ferial y un enclave de paso hacia las playas. Hoy, en un destino turístico de primer orden. Valencia no tenía postal, hoy la tiene de las mejores del mundo. Pues, como decía la chica ye-ye «no se quieren enterar».
Esquerra Unida puede tener razón en la crítica parlamentaria que ayer lanzó sobre el coste del complejo y de la participación de Santiago Calatrava. La pierde cuando la dirige como instrumento contra el Gobierno del PP.
¿Por qué?. Primero, porque ya está construida. Aunque cara, muy cara, para bien.Y segundo, porque, puestos a hurgar, la responsabilidad recae más sobre el Consell de Joan Lerma que sobre los de Eduardo Zaplana, José Luis Olivas o Francisco Camps.
La idea del proyecto fue de Lerma, al igual que la contratación, incluido el despropósito de sus honorarios –bastante más que los expresados ayer por EU. Fue el PSOE el que programó L' Hemisferic, Museo de las Ciencias y la Torre de comunicación que impedía el vuelo de los aviones. Zaplana la sustituyó por el Palau de les Arts y la amplió con el Oceanográfico, de Félix Candela. Como colofón, Calatrava vendió a Camps el Àgora. Por tanto, a cada uno lo suyo.
La izquierda parece haber bebido de aquel precursor del existencialismo, Schopenhauer «todos tenemos el máximo de memoria para lo que nos interesa y el mínimo para lo que no nos interesa». Así es la vida.
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