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La Fundación March descubre el tesoro del arte británico de cinco siglos

La historia del arte británico es de las menos conocidas en Europa y por ello la Fundación Juan March ha querido descubrir este tesoro en una exposición en la que propone un relato de cinco siglos a través de 180 piezas de más de un centenar de artistas.

Pinturas, esculturas, obras sobre papel, libros, revistas y fotografías procedentes de más de 80 prestadores, en su mayoría británicos, forman "La isla del tesoro. Arte británico de Holbein a Hockney", un relato que se inicia con fragmentos de esculturas de alabastro procedentes de una iglesia destruida con la llegada del calvinismo y finaliza con una obra de Tony Cragg de 1981.

En esta historia, están presentes "todos los autores importantes"junto a otros más desconocidos, "y a ellos está dedicado el título, ya que se trata de tesoros que permanecían muy escondidos", en opinión de Javier Gomá, director de la Fundación, para quien la exposición es una especie de compendio.

"Nunca hubiéramos intentado hacer algo semejante con Francia, al tratarse de una historia muy conocida, pero faltaba ese relato abreviado del arte británico", ha señalado.

Otra de las características de la exposición es que las obras maestras que se han seleccionado, en general, no son las que se encuentran en los museos o instituciones más visitados, "sino que se da la oportunidad al público de contemplar piezas a las que es más difícil acceder", ha comentado durante la presentación Manuel Fontán del Junco, director de exposiciones de la fundación.

Como comisario de la exposición, se ha contado con el conservador británico Richard Humphreys, quien se ha comparado con "un pirata"que ha trazado una historia muy desconocida a través de un relato subliminal con "mucho arte".

Para ello, ha dividido el recorrido en siete secciones que se inician con "Destrucción y reforma. 1520-1620", espacio en el que se muestran obras de Hans Holbein el joven, de Marcus Gheeraerts, figura principal de la pintura isabelina tardía, así como miniaturas de Nicholas Hilliard e Isaac Oliver, entre otras.

"Revolución y Barroco. 1620-1720"presenta la cultura cortesana de la monarquía de los Estuardo, con retratos pintados por Anthony van Dyck, Peter Lely, o Godfrey Kneller, mientras que James Thornhill y Jan Siberechts representan la pintura de historia y de paisajes.

Con una tensión que, en opinión de Richard Humphreys continúa en toda la exposición, en "Sociedad y sátira. 1720-1800"se enfrentan los retratos de sociedad de Joshua Reynolds, Thomas Gainsborough y Thomas Lawrence, con la sátira social de James Gillray y Thomas Rowlandson. En este espacio se muestra también una vista de Antonio Canaletto.

"Paisaje de la mente. 1760-1850"se adentra tanto en las paisajes de la naturaleza, de la mano de Wilson, John Constable, George Stubbs o Turner, como en las pinturas imaginativas e históricas de James Barry, Joseph Wright o William Blake, que tienden hacia lo fantástico y lo quimérico.

Obras de John Frederick Lewis, David Roberts y los prerrafaelitas John Everett Millais y William Holman Hunt, "ponen de relieve la variedad y la fuerza del arte británico de los años 1840-1860", según el comisario, que en el espacio "Realismo y reacción. 1850-1900"ha seleccionado también pinturas de Dante Gabriel Rossetti, Edward Coley Burne-Jones o Frederic Leighton y esculturas de George Frederic Watts y Alfred Gilbert.

"Modernidad y tradición. 1900-1940"muestra la respuesta del arte británico al modernismo del arte europeo. "Se produce una tensión, ya que existe una tendencia hacia la tradición pero a la vez miran a lo que se hace en Europa".

En este espacio se unen modernistas figurativos como Walter Richard Sckert, Henry Lamb o Spencer Gore, con el arte más radical que roza lo abstracto de Wyndham Lewis, Duncan Grant o David Bomberg. El íntimo diálogo entre tradición y modernismo esta representado por Edward Wadsworth, Paul Nash o Edward Burra, y en la escultura, esta historia la cuentan Henri Gaudier-Brzeska y Henry Moore.

Con la sección dedicada a "Un mundo feliz. 1945-1980"finalizan los más de 500 metros cuadrados de la exposición, que permanecerá abierta hasta el 20 de enero.

Esta parte refleja la expansión del arte británico tras la Segunda Guerra Mundial. Obras de Lucian Freud, R.B. Kitaj o Frank Auerbach representan a la Escuela de Londres, y las esculturas de Barbara Hepworth, Reg Butler o Anthony Caro son ejemplo de la revitalización de la escultura británica.

En este espacio de pueden contemplar obras de conocidos creadores como Francis Bacon, L.S. Lowry, Richard Hamilton, David Hockney, Bridget Riley o Tony Cragg, entre otros.