Déficit público

La crisis pasa factura al románico

El Valle de Boí estudia cerrar dos iglesias a causa de los recortes

Las dos iglesias afectadas por la bajada presupuestaria. Izquierda, Sant Feliu de Barruera. Derecha, la Nativitat de Durro
Las dos iglesias afectadas por la bajada presupuestaria. Izquierda, Sant Feliu de Barruera. Derecha, la Nativitat de Durrolarazon

BARCELONA – La actual crisis económica también ha llegado al Valle de Boí, donde se guarda uno de los legados románicos más importantes del mundo, como así lo atestigua la Unesco, que lo declaró en 2000 Patrimonio de la Humanidad. La Generalitat ha disminuido significativamente sus ayudas económicas a este conjunto. El alcalde del Valle de Boí, Joan Peralada, explica a LA RAZÓN que «la Generalitat ha venido reduciendo sus aportaciones. En los últimos dos años se han rebajado un 30 por ciento y para 2012 sería de otro 34 por ciento. Vamos a esperar que se apruebe el presupuesto. Entendemos que ésta es una situación delicada y de crisis, pero no podemos gestionar así el románico».

Menos presupuesto
Las previsiones más negativas apuntan que el Govern solamente aportaría 89.000 euros el año que viene al románico de Boí, una cifra que está muy lejos de los 192.000 euros de 2009. El alcalde cree que la aportación de la Generalitat para asegurar el buen funcionamiento del conjunto debería ser de180.000 euros.

Ahora, el Valle de Boí estudia el cierre temporal, después de la fiestas navideñas, de dos de las iglesias de la zona: la Nativitat de Durro y Sant Feliu de Barruera. «Este mes de diciembre se podrá continuar visitando todo y no se cerrará ninguna Iglesia. Habrá algún cambio de horarios y se apagarán luces, pero estaremos a la espera del presupuesto definitivo», comenta Peralada. Por ahora, la única víctima real de la crisis es el Centro de Interpretación del Románico, que ha visto reducido su personal. De los doce empleados que tenía hasta el mes pasado, se ha pasado a cinco. «El centro es el motor del valle. Para nosotros el turismo es muy importante y el año pasado tuvimos unas 130.000 visitas», argumenta Peralada.

Desde la Generalitat se pide calma. El director general de Patrimonio Cultural, Joan Pluma, declaró a este diario que «estamos buscando una fórmula para que no se tenga que cerrar ninguna iglesia. Éste es un escenario de temporalidad y extraordinario».

Pluma recuerda que en caso de cerrar sus puertas, ésta es una decisión que no puede tomar exclusivamente el alcalde del Valle de Boí. «Éste es un consorcio que ha delegado en el Ayuntamiento, pero una decisión así debe ser tomada por todos», argumenta el responsable de Patrimonio de la Generalitat.

Tanto Peralada como Pluma aseguran que la delicada situación que se vive no tiene por qué influir en la relación con la Unesco. «Hace mes y medio tuvimos una felicitación de la Unesco por la gestión que hemos venido realizando. No les hemos planteado nada de lo que está sucediendo», admite el alcalde. En este sentido, el director general de Patrimonio Cultural afirma que «la Unesco solamente interviene cuando hay peligro. Eso no ocurre aquí porque todos los centros están abiertos. Simplemente nos enfrentamos a una situación temporal».
Pluma está convencido que en enero habrá una solución presupuestaria a la situación. Tampoco cree que lo que ocurre en el Valle de Boí pueda extenderse a otros conjuntos patrimoniales de Cataluña. «Todos los consorcios hacen esfuerzos para hacer posible que esto no pase», puntualiza Joan Pluma.


Dos piezas clave del conjunto
No hay ninguna duda que el Valle de Boí contiene lo mejor del románico, gracias a una serie de iglesias de los siglos XI y XII, destacando especialmente la de Sant Climent de Taüll por la calidad de sus pinturas murales. Para Jordi Camps, conservador jefe de la colección de Arte Románico del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac), las dos iglesias afectadas por el cierre son muy valiosas. «En la de la Nativitat se ha llevado a cabo un gran esfuerzo de musealización. Es una iglesia interesante porque conserva elementos de los siglos XI y XII y escultura en piedra. Sant Feliu de Barruera no es románica, pero también es importante por tener elementos y mobiliarios de otras épocas. Se encuentra situada en medio del Valle, con lo que seguramente tuvo más valor de lo que creemos», asegura Camps a este diario. Este especialista cree que, por otra parte, el Centro de Interpretación del Románico ha hecho un gran trabajo. «Su labor es imprescindible y se nota. Creo que es totalmente necesaria para entender Boí», aclara Camps.