Literatura

China

Más allá de Cervantes por Javier Sierra

La Razón
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En los últimos seis años he tenido la oportunidad de ver cómo mis novelas eran traducidas y publicadas en 43 países. He visitado ferias del libro en lugares tan dispares como Alemania, Argentina, Lituania, Estonia, China, Italia o Canadá. De mis obras una revista norteamericana llegó a decir que eran «la mayor exportación española desde el vino de Rioja». Exageraban. Pero es cierto que en esos lugares se vigila con expectación a la cultura y el deporte ibéricos. Yo lo he visto. Mientras que en Shanghai, por ejemplo, casi cualquier lector es capaz de enumerar media docena de escritores españoles de todos los tiempos, a casi ninguno de nosotros se nos puede arrancar el título de una novela china. Y eso es porque hemos sabido extender nuestra cultura mejor que otros pueblos. Nuestra fuerza reside en la admiración que produce que un país que no llega a los 50 millones de habitantes haya sido capaz de crear un imaginario que salpica a medio mundo. La idea del aventurero, el explorador, el cazafortunas, pero también la del pícaro, el bandolero o el inquisidor, nacen en buena medida de nuestras letras.

Y ese trabajo que antaño principiaron los Cervantes, Lope de Vega o Quevedo, hoy lo continúa una lista de autores en expansión como Pérez-Reverte, Matilde Asensi, Julia Navarro, Carlos Ruiz Zafón, María Dueñas o Juan Gómez-Jurado. Todos ellos son «best-sellers». Sí. Esa etiqueta de sabor amargo en España que, sin embargo, fuera es asumida como garantía inequívoca de una historia bien contada, pensada para hacernos volar con las alas de la imaginación y, también, cómo no, para entender el mundo en el que habitamos. Una receta que ya suscribieron, por cierto, las grandes plumas de nuestro Siglo de Oro.