El Príncipe pide rebajar la tensión porque «Cataluña no es un problema»

MADRID- Con la ofensiva soberanista catalana intentando desdibujar el mapa, la izada de bandera no se percibió sólo en el desfile de la Fiesta Nacional. En la posterior recepción que tuvo lugar en el Palacio Real, a pesar de la ausencia de Artur Mas y de algún representante político de su gobierno, su protagonismo se notó en los corrillos del comedor de Gala. Así, el Príncipe de Asturias, en una conversación distendida con los periodistas, aseguró que «Cataluña no es un problema», sino que «lo que pasa lo tienen que resolver con responsabilidad los políticos». Y, dentro de su función de heredero de la Corona, remarcó que la institución monárquica está «dispuesta a colaborar» en la búsqueda de una solución. Porque Don Felipe aseguró confiar más en la «Cataluña real y plural» que en «la espuma» de las últimas declaraciones y acontecimientos políticos en la Comunidad. Por lo que apostó por «rebajar tensiones y que todo el mundo siga el mismo rumbo», lo que, a su juicio, no propicia el ambiente electoral.

Un mes después de que Su Majestad el Rey hiciera un llamamiento al espíritu de la Transición a través de una carta dirigida, entre otros destinatarios, a los partidos autonómicos independentistas –en la que pidió no «alentar disensiones» ni «perseguir quimeras»–, el Monarca optó ayer por el sentido del humor al ser interpelado por su preocupación respecto a la situación catalana. Tras una serie de bromas para evadir el asunto, el Rey sí quiso incidir en la «necesidad de recortar en tiempos de crisis», a colación del austero desfile militar celebrado en la plaza de Neptuno. Consciente de que una de las alternativas principales del país para salir de la crisis es la externacionalización empresarial, hizo hincapié en la trascendencia de su próximo viaje a la India, donde resaltó el importante despliegue de negocio no sólo en infraestructuras, sino también en energías renovables.

Si bien el Monarca quiso quitarle hierro al independentismo de Mas con los periodistas, previamente en la parada militar Su Majestad mantuvo una conversación con el presidente del Gobierno que levantó polvareda en algunos medios. En las distintas webs se sostenía que el Rey increpó al presidente por «lo de españolizar a los catalanes», lo que la Casa Real no dudó en desmentir: «No es cierto que el Rey haya reprendido a Rajoy, simplemente estaba hablando con él, pero ni siquiera trataron el tema». Y sustentan su afirmación en que el pasado jueves el Monarca estuvo entre el ministro de Cultura y el presidente del Gobierno en la reunión del Patronato del Cervantes, y hubiera sido ése el momento y no ayer.

Por su parte, el ministro no dudó en hacer referencia al asunto. «Estoy muy orgulloso de los que dije el otro día», reveló en catalán. «Me siento muy apoyado por los miembros del partido». Que ayer se vio representado en el acto por todas las carteras ministeriales –entre 1.400 invitados, de los que 800 estuvieron en la recepción–, menos la de Economía, ya que De Guindos se encontraba en Japón.

Después del 25-N
Aunque Mas no asistiera al acto ni mandara a ningún representante en su lugar, porque «nosotros ya la hemos celebrado» –refiriéndose a la Diada de Cataluña–, sí que asistió el ex presidente de la Generalitat, José Montilla. Y si no hubo declaraciones por su parte, algunos empresarios de la región suscribieron el sentimiento nacionalista de Mas, y aseguraron que con su falta de asistencia «no hay que descontextualizar las cosas». Mientras tanto, fuentes gubernamentales transmitieron su optimismo respecto al desarrollo de los acontecimientos independentistas planteados por Mas, y que lo más seguro es que estos resultados se perciban después de las elecciones de noviembre.

El presidente del Gobierno quiso, además, lanzar un mensaje positivo, y calificó de «excelente noticia» el hecho de que la Unión Europea haya sido galardonada con el Premio Nobel. Para Rajoy es una muestra más de que «el proyecto es viable». Y no solamente eso, sino que servirá de «estímulo para la unión política y monetaria».

También en este sentido Rajoy se mostró optimista, ya que aseguró ver «algunas luces en el camino hacia la solución de la crisis económica europea». Así,el Jefe del Ejecutivo insistió en la importancia del premio Nobel para hacer valer el espacio de libertad, democracia y derechos humanos que representa la UE.