OPINIÓN: La tercera ola

Corría el año 1979 cuando el economista y futurólogo norteamericano, Alvin Toffler, anunció el advenimiento de «la tercera ola». Para entender este concepto, es conveniente recordar que la primera ola surgió con la revolución agrícola, el hombre deja de ser nómada para, adaptando su entorno, pasar a ser sedentario. La revolución industrial trajo consigo la segunda ola, donde los bienes pasan de ser manufacturados a baja escala, a producirse en masa en las fábricas.

La tercera ola, afirma Toffler, traerá consigo una descentralización, desmasificación y personalización, tanto en la economía como en la propia sociedad. Se pasará de grandes series de productos todos iguales a series cortas, que busquen adaptarse lo máximo posible a los deseos de los consumidores.

En la tercera ola, donde las barreras de entrada y salida de capitales y personas son casi inexistentes, se debe ofrecer a los empleados, para influir en su comportamiento, razones e incentivos que no sean simplemente dinero. Las personas eligen tener una actitud de cooperación o de resistencia hacia la autoridad. También deciden cual será su cuota de compromiso con los objetivos de la organización y, como las personas no pueden controlarse de la misma forma que las máquinas, la Dirección debe preocuparse de motivar a sus empleados para asegurar su esfuerzo individual y colectivo.

Los más derrotistas afirman que esta tercera ola dinamitará los valores del ser humano, desaparecerá la familia tradicional y nos encaminará hacia una sociedad diferente donde, para sobrevivir, será necesario aprender a adaptarse en lugar de adaptar el entorno.

Sin embargo, para el doctor Luna-Arocas «la tercera ola no supone más que el cambio hacia la economía del conocimiento» y para ello afirma que son muchos los cambios que se deben asumir si se desea estar preparado. Todos ellos «pasan por una sociedad más de servicios, más orientada hacia la calidad y el aprendizaje, con menos estructura y con mayor preocupación por generar conocimiento compartido. ¿Cuál debería ser nuestro aprendizaje con esta tercera ola? Sencillamente, la gestión del cambio y la tolerancia a la incertidumbre»