La Habana
Los Castro liberan al disidente Ariel Sigler
Tanto las Damas de Blanco como el disidente Guillermo Fariñas recuerdan que aún quedan muchos presos políticos, algunos de ellos enfermos, en las cárceles
MADRID- Pendientes del teléfono, familiares de Ariel Sigler y las esposas de otros seis presos políticos de la llamada «Primavera Negra» del 2003, esperaban por la mañana, en Cuba, noticias sobre la excarcelación del primero y el traslado del resto a cárceles en sus provincias de residencia. Esto después de que el Gobierno de Raúl Castro, a través de la Iglesia católica, anunciara la noche del viernes estas medidas, que han generado todo tipo de expectativas y reacciones. Una acción similar se dio el pasado 1 de junio con otro grupo de disidentes.A Sigler, de 47 años y condenado a 20 de prisión, se le concedió una «licencia extrapenal» por su grave estado de salud y porque está parapléjico. Cerca del mediodía, abandonó el hospital de La Habana para viajar hacia Pedro Betancourt, localidad de la provincia de Matanzas, donde era esperado con ansias por sus parientes.«Parece un cadáver por las enfermedades que tiene. Para nosotros, esto no es fruto de un gesto humanitario de los Castro, sino de la tenacidad de los que luchan por la liberación de los presos», expresó Miguel Sigler, hermano de Ariel, en EE UU, que se enteraba ayer de la situación del disidente por Francisco Sigler, su otro hermano, desde La Habana. Ya en casa, a donde llegó en ambulancia y escoltado por una patrulla, Ariel habló brevemente con la Prensa. «No voy a dejar de luchar por la libertad y la democracia en Cuba, voy a seguir luchando por que nuestros hermanos que quedaron en prisión salgan en libertad», afirmó.Hasta el cierre de esta edición no se concretaban los traslados de prisión de Héctor Maceda, Adolfo Fernández, Omar Ruiz Hernández, Efrén Fernández, Mustafá Felipe y Juan Carlos Herrera. Se conoció que algunos debían ser movilizados a partir de las 11:00.Laura Pollán, dirigente de las Damas de Blanco, mujeres que luchan por la liberación de los disidentes en prisión, y esposa de Maceda, comentó por teléfono a LA RAZÓN que esperaba conocer en qué cárcel sería ubicado. «Ninguna de nosotras sabe. En mi caso ha sido una sorpresa. No pensé que mi esposo pudiera ser trasladado ahora», indicó; y aunque la medida «alivia» a los familiares, recordó que ellos siguen presos. «Nosotras nos alegramos de que estén cerca de sus casas, pero no están en sus casas», comentó por su parte Julia Núñez, esposa de Adolfo Fernández, la cual debía recorrer más de 500 kilómetros para verlo en prisión.
Exteriores sigue «erre que erre»En Exteriores no se rinden. Cuando parecía que habían abandonado la cruzada de cambiar la Posición Común de la UE con Cuba, en vigor desde 1996, el Ministerio que dirige Moratinos dijo en un comunicado que «se ha abierto un proceso positivo y esperanzador». El «gesto» de la dictadura cubana parece haber complacido al Gobierno, que ayer reiteró su objetivo de «impulsar un nuevo marco bilateral de relaciones entre Cuba y la UE». La ocasión perfecta la tendrá Moratinos mañana en Bruselas, en el Consejo de Asuntos Exteriores. Sin embargo, la oposición de la gran mayoría de socios europeos a flexibilizar la relación con los Castro es tal que nada indica que la nueva maniobra de La Habana les haya ablandado, informa M. Gutiérrez.
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