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ANÁLISIS: Un presidente de fiar por Pierre Rousselin

La Razón
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l ¿Ha perdido Sarkozy por su gestión o por los efectos de la crisis?
–No creo que haya perdido por su gestión. Yo diría que ha salido derrotado por dos factores. Uno, por la crisis, que ha tumbado a muchos gobiernos europeos. Y dos, por su carácter, muy abrasivo, que no gusta a muchos electores que de otra manera sí le hubieran votado. 

¿Qué clave explica la victoria de Hollande?
–Hollande no posee carisma. Ha ganado porque no es Sarkozy. Ha hecho una campaña muy inteligente, construyendo una imagen de hombre normal.

l ¿La victoria socialista será un revulsivo para la deprimida socialdemocracia europea?
–Se ha dicho muchas veces que la izquierda no tiene respuestas para la crisis. Ahora se verá si es así. Yo no creo que sea algo imposible. La única salida de Hollande es hacer una política socialdemócrata, pero muy liberal. En España, Felipe González hizo algo así al llevar a cabo unas reformas de corte muy liberal con socialdemocracia.

¿El programa de Hollande basado en una idea de crecimiento y mantenimiento del Estado del Bienestar ha entusiasmado a los franceses?
–Los votantes no se han enamorado de su programa, pero él ha sabido anticiparse al resto cuando dijo que había que renegociar el Pacto de Estabilidad. Recibió muchas críticas. Sin embargo, se ha demostrado que tenía razón y eso le ha dado fuerza.

l ¿Cumplirá su programa electoral? ¿Subirá los impuestos a los ricos?
–Creo que va a tener que valorar algunas cosas de su programa porque el margen de maniobra que tiene es muy pequeño. Su política económica no será muy distinta a la de Sarkozy. Inspirar confianza desde el primer minuto será clave, por eso el equipo de ministros que va a elegir cobra una especial relevancia. Los mercados no le van a dejar ni quince días si no da una señal de querer una política estricta a nivel presupuestario. Hollande no puede emular a Mitterrand en 1981 con un programa muy social y darse dos años para cambiar. No tiene ni quince días.

l ¿Llegará a un pacto con Merkel?
–Los dos se necesitan. El problema es el tiempo, porque no se conocen entre sí. Nadie sabe cómo reaccionará Hollande, porque ni tan siquiera ha sido ministro. Merkel, en cambio, tiene unas líneas rojas que cambiará.

l ¿Qué aspectos renegociará Hollande con Merkel?
–Los ajustes que pueda hacer Hollande, con una reforma laboral, por ejemplo, le servirán para pedir a cambio medidas de crecimiento, los eurobonos y una política más flexible por parte del Banco Central Europeo.

 l ¿La derrota de Sarkozy revela que su campaña con guiños a la ultraderecha ha sido un error?
–Sarkozy no ha conseguido recoger los suficientes votos de Le Pen. Además, el anuncio del centrista Bayrou dando su apoyo a Hollande revela el fracaso de Sarkozy, al no haber podido encontrar el punto medio para convencer a la extrema derecha y al centro. Era algo que era difícil, aunque no totalmente imposible. ¿Por qué no lo hizo? Porque se fue a por el voto del Frente Nacional de una forma muy evidente. El resultado es que no convenció a los unos y perdió a los otros.

l ¿El auge de Le Pen pone de manifiesto un problema grave en la derecha francesa?
–Conseguir el voto en este tipo de situaciones es muy difícil para la derecha francesa. Se verá de forma más clara en las elecciones legislativas del 10 y del 17 de junio. El dilema de la derecha clásica es si unirse a la ultraderecha o mantenerse al margen. Bajo mi punto de vista, es una trampa para la que no hay solución.

l ¿Habrá una lucha en el seno del partido de Sarkozy, la UMP, tras la derrota?
–Tendrán un conflicto muy grande. Mantendrán la unidad de cara a las elecciones legislativas de junio, pero a largo plazo vamos a tener a varios candidatos de la misma generación que se van a fajar entre ellos en medio de una lucha interna. Existe el peligro de que la derecha clásica explote y se fragmente, algo que está buscando la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, para convertirse en la mayor fuerza conservadora.

 

Pierre Rousselin
Director adjunto del diario francés «Le Figaro»

El 80%
Menos participación que en 2007

La participación en las elecciones presidenciales que tuvieron lugar ayer en Francia rondó el 80% según los últimos sondeos publicados por «Le Monde» y «Le Figaro». Una cifra alta, sobre todo si se compara con otros países europeos, pero que no logró superar el 84.4% que se alcanzó en los comicios de 2007. Estos datos indicarían que una bolsa de electores prefirió quedarse en casa antes de acudir a votar por Hollande y corroborarían la teoría de que el presidente saliente fracasó en su intento de movilizar a todo el electorado de derechas. s razones de su derrota ayer en las urnas.