Roma

Monti ya tiene Gobierno para salvar a Italia

Mario Monti, el economista y ex comisario europeo al que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha dado las riendas de Italia tras la dimisión de Silvio Berlusconi, ya puede formar Gobierno. Tras concluir su segunda jornada de contactos con los partidos políticos, los sindicatos y empresarios, el nuevo primer ministro anunció ayer que había llegado a un acuerdo con todas las partes para formar el nuevo Ejecutivo.

CONFIANZA. El jefe del Gobierno italiano compareció ayer para transmitir el mensaje de que se alcanzarán los objetivos
CONFIANZA. El jefe del Gobierno italiano compareció ayer para transmitir el mensaje de que se alcanzarán los objetivoslarazon

ROMA- Hoy presentará a Napolitano y a la opinión pública la lista de ministros que le acompañarán en la tarea de reconducir la difícil situación económica por la que está pasando Italia. En una nueva muestra de que la crispación y los insultos de la época de «Il Cavaliere» han dado paso a un momento de consenso y conciencia nacional, Monti aseguró que se había quedado impresionado por «el sentido de responsabilidad» de todos sus interlocutores durante estos dos días de contactos. «Ha sido un trabajo intenso y provechoso, en el que he comprobado la total y madura conciencia de todos sobre el momento de emergencia». También agradeció el nuevo jefe de Gobierno la «disponibilidad» de los sindicatos para aceptar los «sacrificios» que llegarán inevitablemente en breve para relanzar la economía del país.

El nacimiento del Ejecutivo de unidad ha sido posible gracias a la «luz verde» que han dado a Monti las dos formaciones mayoritarias, el Pueblo de la Libertad (PDL), la agrupación de Berlusconi, y el Partido Democrático (PD), líder del centro izquierda. Según la Prensa italiana, de parte de ambos bandos ha habido presiones al ex comisario europeo para la Competencia para que incluya en el Gobierno a alguno de sus hombres, aunque al mismo tiempo vetaban las propuestas de sus rivales. Al final parece que dieron su brazo a torcer y en el gabinete estará tanto Gianni Letta, mano derecha de «Il Cavaliere», como Giuliano Amato, primer ministro en dos ocasiones con el centro izquierda.

Monti, católico practicante y defensor manifiesto de Benedicto XVI, podría rodearse en el Gobierno de un buen número de personalidades muy gratas tanto a la Iglesia italiana como al Vaticano. De la cartera de Educación podría hacerse cargo Lorenzo Ornaghi, rector de la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán. Otro miembro de este ateneo, el profesor Carlo Dell'Aringa, podría ser ministro de Sanidad y Asuntos Sociales, mientras que la Justicia tiene muchas papeletas de caer en manos de Cesare Mirabelli. Este profesor de derecho canónico y eclesiástico en la universidad romana «Tor Vergata», reputado constitucionalista, y ex presidente del Tribunal Constitucional, es católico practicante y está muy bien considerado en la Curia romana. Otro de los «papables» es Stefano Zamagni, colaborador de Benedicto XVI en la redacción de la encíclica «Caritas in Veritate». Mientras los políticos discuten, los inversores siguen desconfiando de Italia. El pequeño balón de oxígeno que supuso la llegada de Mario Monti durante la semana pasada para los mercados, ayer siguió dando muestras de estar pinchado. El índice selectivo de la bolsa de Milán encadenó dos días de bajadas y se dejó un 1,08 por ciento. También dio malas noticias la prima de riesgo, que alcanzó los 540 puntos, y la deuda pública. Según los datos ofrecidos por el Banco de Italia, el endeudamiento del Estado era en septiembre de 1,883 billones de euros, un 2,1 por ciento más que la cifra del año pasado.

 

Berlusconi presta su apoyo con condiciones
El primer ministro saliente, Silvio Berlusconi, parece estar dispuesto a no poner palos en las ruedas del nuevo Gobierno. Al menos, de momento. Su delfín en el Pueblo de la Libertad (PDL), Angelino Alfano, aseguró ayer tras reunirse con Mario Monti que le había brindado su apoyo. Eso sí, el programa del Ejecutivo tendrá que estar basado en las exigencias de reformas económicas que la UE hizo a Roma cuando Berlusconi todavía gobernaba. Si Monti se extiende en sus atribuciones o va más allá del tiempo que el PDL considera suficiente para poner en marcha las medidas contra la crisis, se arriesga a que la formación de «Il Cavaliere» le retire la confianza. Así lo hizo ver entre líneas Alfano, quien no se manifestó sobre la presencia de políticos en el Gobierno.

 

El reto más difícil de «Supermario»
roma- A Mario Monti le espera un duro trabajo por delante. Apenas decida los nombres y cargos de su Gobierno, el sustituto de Silvio Berlusconi tendrá que afrontar uno de los retos más difíciles de su vida: la salvación económica de Italia y la consiguiente recuperación de la confianza de los inversores y de los socios internacionales. Será una tarea ardua e impopular, pues las medidas de estímulo llevarán de la mano nuevos tijeretazos al gasto público y más impuestos. Al final, los partidos políticos van a tener que agradecer a Monti que sea él quien sufra todo el desgaste que llevarán consigo los nuevos recortes y no los candidatos que ellos presentarán en las próximas elecciones. El nuevo jefe de Gobierno italiano ya tiene previsto poner en marcha un paquete de medidas contra la crisis que se ha estimado en un total de 25.000 millones de euros. Sólo de esta manera considera Monti que podrá evitar que Italia siga en el ojo del huracán de los mercados. Se espera la vuelta del impuesto de propiedad sobre la primera vivienda, abolido por Berlusconi, y la aprobación de un plan para evitar la evasión fiscal, un mal endémico del país. El plan de ajuste también podría contener un aumento en la edad de jubilación, privatizaciones de bienes públicos y recortes al gasto de los políticos.